sábado, 19 de noviembre de 2011

Este blog


Concebimos este blog como un tren cuyo maquinista se hubiese dormido para siempre. Se ha dormido el maquinista justo cuando la formación ingresó en una zona especialmente boscosa de la Siberia nororiental, en la vieja Rusia de los zares, cuando todavía no habían nacido los soldados del Tercer Reich. El maquinista se ha dormido y ha soñado con un cielo de guirnaldas y satélites y espejos, todo muy raro, justo en la hora del crepúsculo, cuando los lobos y los pájaros se refugian en sus guaridas. Concebimos este blog como un barco que no se detiene por ninguna razón. El timonel se ha dormido. Lo hizo en pleno mar Egeo, un poco antes de las diez y media de la noche, cuando las llaves dejan para siempre de abrir corazones y sirven solamente para clausurar caminos. Alguien abre, por fin, un corazón y un camino olvidados por la vida. Y el blog aparece como una espada sin filo y absurda y dispuesta a librar su última batalla.
L.

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