jueves, 31 de mayo de 2012
Se arrepiente
Se arrepiente la muchacha. Trata de borrar con una mano los dibujos largos y obscenos que hizo con la otra. No debió aceptar la invitación. Ese beso. No debió darlo. Y lo que siguió. No debió hacerlo. Pasó mucho tiempo desde entonces. Pero sigue afectada por lo que pasó. No debió entregarse de ese modo. Lo ocurrido fue puro espejismo, dice ahora. Un error. Por suerte ya todo aquello pasó. Un mal paso da cualquiera, dice hoy para sí misma. Se arrepiente la muchacha sola en la casa tan sola como ella. Y pide perdón no sabe a quién.
L.
L.
Un mapa
Un mapa, a la manera de un plan de acción, es necesario. Un mapa. Un trazado. Una especie de orientación general. Un mapa es necesario aunque después, en el camino, resulte conveniente cambiar un fiordo, una isla fuera de lugar, un desierto que de pronto se convierte en mar. Pero una cosa es partir de algo, un borde, una frontera, y muy otra moverse sin rumbo siguiendo apenas lo que los vientos decidan. Los vientos. La deriva. Los sueños. El deseo. Todo eso está bien. Pero, por si acaso, que no falte un mapa.
L.
Escribir
Escribir para saber qué escribiríamos si escribiéramos. Escribir para no morir. Escribir para no ser más que palabras. Escribir desde el pozo de la angustia. Escribir aunque no tengamos ganas. Escribir malas palabras aún con vergüenza. Ir al punto. No dar rodeos. Escribir por los que no están y por los que están. Escribir para no perdernos en lo cotidiano. Escribir porque todos moriremos. Escribir en idiomas perdidos. Escribir para volver a casa. Escribir y, de ese modo, darle palabras y cuerpo a lo que no se deja nombrar.
L.
L.
miércoles, 30 de mayo de 2012
No sirvo
Me dice una amiga que no sirve, que nada le sale bien y que eso se debe a su ineficacia. Ni al novio le sirve. Ni a sus empleadores. A nadie. La noción de utilidad, por lo visto, se está metiendo adentro de las almas como un valor. El capitalismo hace bien su trabajo. Las personas convertidas en máquinas. Hombres y mujeres sintiéndose inútiles para el sistema, victimizándose, viéndose por completo ineficientes. ¿Para qué sirven las estrellas? ¿Qué sentido tiene o tendría cantar, hacer el amor o bailar si se trata de actividades totalmente improductivas? Trasladé esas preguntas y otras parecidas a mi amiga, la que dice que no sirve para nada y para nadie.
L.
Amores por mail
¿Cómo aceptar que dos personas puedan conocerse por carta? La pregunta se la hace Kafka a Milena cuando todavía no eran los amantes desesperados en que luego se convirtieron. El escritor agregó algo en el mismo sentido provocador. Se puede pensar en una persona lejana y se puede abrazar a una cercana. Todo lo demás supera las fuerzas de un ser humano cualquiera. Pienso en la enorme actualidad de estas consideraciones. ¿Cómo aceptar que dos personas puedan conocerse por mail o por chat o por intercambios anodinos en las redes sociales? Por más avanzada que resulte la tecnología digital lo principal no ha cambiado. Sigue siendo así aún con el uso de camaritas. Ni siquiera la mejor prótesis electrónica puede reemplazar el contacto de los cuerpos. Es cierto que tampoco físicamente, o a corta distancia, puede conocerse a alguien por completo. Las almas son incomunicables. Y hasta el puente mejor armado es y será parcial, dudoso e inseguro como todas las cosas del mundo.
L.
Vence el plazo
El tiempo es veloz e implacable. El sábado próximo, 2 de junio, vence el plazo para participar en el tercer concurso literario de Suspendelviaje. Hasta ese día, inclusive, recibimos textos relacionados así sea muy vagamente con algo que llamamos la casa en la arena. El certamen es apenas una excusa para escribir algo de la mejor manera posible. Hasta el momento tenemos en carpeta alrededor de treinta relatos llegados desde Argentina y otros países. El tiempo pasa demasiado rápido y el sábado, maldición, se aproxima a grandes y apurados pasos. Pero la puerta aún sigue abierta.
martes, 29 de mayo de 2012
Justo ahí
Lo más difícil puede salvarnos. Eso que duele y asusta. Lo que no se entiende. Hacia ahí debemos ir. Trabajar con la dificultad. Con el miedo. Con lo que se opone y molesta. Lo otro, lo que se da fácilmente, eso no interesa en absoluto. De la comodidad nada se aprende. Lo más difícil puede salvarnos. Hacia ahí debemos ir.
L.
La acción
En el último mes venía postergando mis sesiones de yoga por razones difíciles de explicar. Fui esta noche, finalmente, y le dije al maestro que me resisto al dolor, a la exigencia, a las posturas difíciles. Que pienso en eso y encuentro razones para faltar a clase. Gabriel, el instructor, me sugirió que negocie menos con el pensamiento. El pensamiento, dijo, tiene siempre argumentos mejores que los nuestros. Y termina ganando la supuesta comodidad de no hacer nada y evitar cualquier cosa que requiera un mínimo esfuerzo. Pero solamente del esfuerzo nacen la vida y el encanto. Las cosas deben hacerse y punto. Pensarlas demasiado lleva a anularlas. El deseo no requiere explicaciones sino, simplemente, acciones. Conclusión del día y de la noche. No negociar con el pensamiento. Acciones puras.
L.
Con vida
Mamá, ¿qué harías si vivieras? Es una de las tantas preguntas que Mafalda le hacía a su madre. No es para despreciarla. Estaría bueno que nos la hiciéramos todos ya mismo. La muerte no es mala palabra. Al contrario. Es muy buena. La idea de que nuestras acciones y palabras van a clausurarse un día definitivamente resulta muy estimulante. ¿Estimulante para qué? Para vivir el instante con la mayor intensidad. Para crear. Para volvernos responsables, atentos, vibrantes. Para aprender a disfrutar lo que merece disfrutarse a pleno. Y para aprender, también, a soportar mejor la sed, el hambre, la angustia. Y ya que vamos a terminar es importante no hacerlo de cualquier manera. Lo central, me parece, es morir con vida.
L.
lunes, 28 de mayo de 2012
Buenos y malos
Dividir el mundo entre malos y buenos no sólo es un error metodológico. Es, también, una simplificación burda que nos aleja del pensamiento, del difícil y diverso entramado humano, de aceptar por fin que la realidad es compleja y rara por naturaleza. El otro problema que se presenta es cómo ubicarnos a nosotros mismos. ¿Estamos realmente del lado de los buenos? ¿Combatimos como se debe a los malos que pueblan el mundo? Cualquier respuesta a estas preguntas sería absurda para no decir estúpida. La humanidad se compone de todos los colores de la paleta. La vida y la muerte, el horror y la maravilla aparecen mezclados en la obra. Dar con ellos en estado puro puede llevarnos toda la existencia y aún así no sería fácil establecer un perfecto claroscuro. Ni malos ni buenos. Ni Dios y el Diablo en la tierra del sol. La vida no se deja ni definir ni atrapar ni clasificar. Habrá que aprender a convivir con ese imposible.
L.
L.
Ya no
No estás. Ya no. Los brazos se debaten en vano. Una vez más dije tu nombre en la orilla helada. Llegabas siempre entre olas altas. Con voz ronca. Con ojos secretos de agua viva entre hogueras. No estás. Ya no. Pero volvés siempre como algo antiguo y salvaje. Y eso, tu llegada, estremecía el instante y lo encendía. No estás. Ya no. Entre nosotros nada de insidias. Nada de cosas inútiles. Nada de nada.
L.
L.
Faltan pocos días
Faltan pocos días para que venza el plazo del tercer concurso literario de Suspendelviaje. Los interesados aún en participar, los indecisos, los que quieren y no se animan pero... tienen todavía algo de tiempo. Más abajo están las bases completas del certamen.
El nadador
La mar es mujer. Por eso no le digo el mar sino la mar. Un nadador largo, musculoso, húmedo y vibrante nada más allá de la segunda rompiente. Nada veloz y profundo hundiendo en lo oscuro su cuerpo grande. Se sumerge a veces adentro y muy adentro de las aguas. Las aguas son mujeres y por eso no las llamo el agua sino las aguas. Pasado algún tiempo el hombre nada hasta la orilla y sale por fin de la mar. Hasta hace muy pocos instantes ha estado adentro y muy adentro de las aguas. Pero sigue sin entender el sentido último y precioso de la mar que, como se ha dicho, es mujer, y, por eso mismo, es inalcanzable para el hombre y para todos los hombres.
L.
jueves, 24 de mayo de 2012
Bases del concurso
El 2 de junio vence el plazo para la recepción de textos que participarán del tercer concurso literario de este blog. Recordamos a todos que el disparador es, esta vez, la casa en la arena. El relato debe ser inédito y puede ir firmado, o no, con seudónimo. Habrá un ganador y cuatro finalistas. La extensión no debe superar los tres mil caracteres con espacios. El ganador podrá elegir tres libros de la editorial Capital Intelectual, auspiciante del certamen junto al mensuario Campo Grupal y el colectivo Oblogo. Los finalistas tendrán opción a elegir un libro del amplio catálogo de la citada editorial. Todos los relatos seleccionados serán publicados por el periódico Campo Grupal. El jurado está compuesto por Marcelo Miceli, Andrea Rocha y Luis Gruss. Los trabajos deben ser enviados a lgruss@capin.com.ar; pezdelbosque@gmail.com y marcelo.miceli@yahoo.com.ar
Lo efímero
Se me ocurrió mencionar en clase un viejo aforismo de Jean Paul Sartre. Dice en algún lado el filósofo del existencialismo que toda madre que da a luz da, también, a sombra. Dicho de otro modo. Cada bebé recién nacido y echado al mundo empieza, en el mismo instante de ser parido, a envejecer lenta pero definitivamente. El comentario no cayó bien entre mis alumnos. Es cierto que era lunes y llovía. Pero aún así. No era para que se molestaran tanto. ¿Acaso no es verdad? Y el hecho de que la existencia sea un milagro que surge y a la vez declina, ¿le quita algún valor al acontecimiento? De ningún modo. Lo efímero del instante multiplica su valor. Más fugaz que el brillo de una hoja arrastrada por el viento, esa cosa, sí, la vida.
L.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Los sueños
Se hace difícil hoy hablar de fantasías en los talleres de arte o escritura, para no decir en las oficinas, en los blogs, en las casas, en la calle, en la vida más en general. Palabras que hasta hace poco eran comunes como ficción, metáfora, imaginación o mundo onírico son, para mucha gente. sinónimos de estupidez o, peor, de una fatal pérdida de tiempo. Hasta cierto punto se aceptan las fantasías sexuales pero no ligadas a la creación, o incluso al amor, sino a la satisfacción inmediata de un deseo urgente. Todo lo que parece importar ahora es la mal llamada realidad real, es decir, lo que pasa "de verdad", lo que no admite segundas o terceras lecturas. Qué triste. Una única vida posible y una única lectura permitida. Por suerte, cuando vamos a dormir, los sueños aparecen sin pedir permiso y se despliegan dentro nuestro con toda su carga de extrañeza y falta de lógica. Sueños nocturnos. ¿Último reino?
L.
La conversación
No hay tema. Llueve y sopla viento verde. No hay desarrollo. Las palabras caen sobre un trapecio lleno de agujeros, es decir, se hunden como piedras en el agua. Las palabras mismas son agujeros en la gran laguna. O peces que no alcanzan a ser atrapados. La conversación no tiene sentido y por eso tiene espacio y lugar. Porque no tiene sentido. Como las gotas de lluvia que no sirven para nada y, justamente por eso, porque no sirven para nada, salvan el día.
L.
L.
Con todos y a gran velocidad
¿Y por qué todo debe hacerse rápido? ¿Quién nos corre? ¿Cuál es el apuro? ¿Dónde está la hermosa fiesta que nos estamos perdiendo? Terapias breves, vida breve, satisfacción inmediata, entrenar sin pausa en el gimnasio. Hay o debe haber algo muy importante que nos estamos perdiendo. Y sea lo que sea debemos encontrarlo hoy, ahora, ya mismo. Y, sobre todo, a la mayor velocidad posible.
L.
martes, 22 de mayo de 2012
Con todos y en todos lados
Una publicidad de celulares destaca la gran conquista de la época. Hoy es posible estar en contacto con todos, todo el tiempo y a máxima velocidad. Eso dice el aviso. Es evidente que el autor del eslogan no pensó en mí. Mi felicidad depende de estar en lo posible totalmente desconectado. Y en caso de establecer contactos, por favor, que sea con muy pocos y por poco tiempo. Y a la menor velocidad. Mi sueño es dejarme estar en un largo silencio lleno de sueños y promesas. Eso es todo lo que necesito ahora.
L.
L.
Energía desperdiciada
Una de las principales objeciones que suele hacer mi analista a mi comportamiento es el mal uso de lo que en psicoanálisis se llama energía libidinal. Aclaro que el concepto aludía en su origen a la pulsión sexual pero luego fue ampliado por Freud a la energía vital en un sentido amplio. Mi analista suele decirme que invierto demasiada energía libidinal en cosas que no la merecen en absoluto o que no puedo modificar ni siquiera un poco. Me alienta, por elevación, a redireccionar la fuerza hacia proyectos propios relacionados íntimamente con el deseo y a no malgastar horas y horas de mi vida en un campo indiferente y ciego. No creo que se trate de un problema estrictamente personal y por eso lo vuelco en este espacio. Todos o casi todos malgastamos angustias y esfuerzos y trabajos en personas y situaciones que de ningún modo merecen semejante nivel de sacrificio. Entiendo la idea. Concentrarme en lo que importa. Apuntar mejor la flecha del eterno cazador de sí mismo. Pero entender una idea, eso también lo aprendí, a veces no alcanza.
L.
L.
Vida y obra
¿Cómo leer el poema de una escritora mezquina, egoísta y ruin en el sentido más ruin de la palabra? ¿Cómo escuchar la divina música de un compositor que se ha reunido amigablemente con los mayores asesinos de este pais? ¿Cómo leer a un filósofo contemporáneo, acaso el mejor de todos, que confesó a los cuatro vientos su admiración desbordante por el nazismo hitleriano? Son preguntas difíciles de responder. Vida y obra. Dos campos indisolublemente unidos que, cuando entran en conflicto, nos arrinconan y enmudecen.
L
L
Palabra y acto
Un hombre se define no tanto por lo que dice sino por lo que hace. La distinción es fundamental y sin embargo no es atendida suficientemente. Los espectadores admiran los discursos y subestiman los actos. Las novias y esposas se emocionan cuando sus novios o maridos les dicen que las aman. A los novios y esposos les ocurre algo similar con el discurso amoroso y encendido de las mujeres. El fenómeno se repite de manera casi rutinaria en el campo de la política, la filosofía y hasta la literatura y el arte. Pero si las hermosas palabras van acompañadas de actos monstruosos habría, al menos, que pensar un poco en el asunto. ¿Por qué? Porque una persona se define no tanto por lo que dice sino por lo que hace.
L.
Amor y pasión
Foucault opone la idea de amor a la de pasión. Lo hace no en un plano filosófico sino inmediato. Vital. La distinción no pasa por la constancia o la inconstancia sino por dos tipos de intensidades contrarias. Se supone que el amor es algo más firme y duradero que se expande como una esponja en el agua del tiempo. Algo así. La pasión, en cambio, disuelve a sus víctimas en algo situado acaso más allá de lo humano. Vivir en estado de pasión es algo ligado al abismo, al abandono de sí, a la desesperación. El amor tolera negociaciones y caídas circunstanciales. El amor se da permiso incluso para la rutina. La pasión es intolerante con la "bajeza" cotidiana y mucho se parece al absoluto. Los acuerdos, aún los más leves, no forman parte de su ley. No resplandor -dice el poeta-. Los pactos no te incluyen.
L.
L.
Amor y anarquía
Algo sabemos de Eros, hermoso hijo de Afrodita y de padre incierto, el dios que ayudado por alas doradas volaba y disparaba flechas a los corazones solitarios. Se supone que siempre fue un poco irresponsable como para formar parte de la familia olímpica de Grecia. Sería difícil, también, imaginar una hipotética unión entre Eros y anarquía. Esta última palabra, an-arché, implica el rechazo de todo principio inicial o causa primera. La causa primera, dijo Bakunin, es a lo sumo fuente de ella misma. Y punto. No hay origen. Difícil entonces concebir una cópula imaginaria entre lo indeterminado, la anarquía, y el dios de las alas doradas y brillantes. Más duro aún resultaría aceptar al hijo legítimo de ambos: el amor libre. ¿Existe tal cosa? ¿Se es verdaderamente libre cuando se ama? Algunos dicen que no hay esclavo mayor que un enamorado. Planteadas así las cosas la unión libre entre amor y anarquía sólo sería posible a través de una reinvención completa del amor en sus distintas versiones. Y sabiendo, de paso, que todo no se puede.
L.
L.
lunes, 21 de mayo de 2012
Sueños en pareja
Paula despierta y me cuenta que tuvo un sueño subversivo. Al parecer la historia tuvo algo que ver con un primo de la primera infancia con el cual hubo algo que, al ser descubierto, fue duramente reprimido. El sueño era subversivo porque Paula se negaba a aceptar sin más la prohibición. Yo le conté a mi vez que soñé con mi madre. Soñé que mi madre bailaba cinco veces con Jorge Luis Borges. Era una especie de vals. O un tango. No recuerdo bien. Reímos un poco pero la risa de los dos no alcanzó a iluminar el día. Todo muy sombrío o ensombrecido como dice Paula. Le recordé algo llamado ojos de perro azul, un cuento del primer García Márquez. Una pareja se encuentra solamente en un sueño. Hombre y mujer saben que no tienen opción más allá del mundo onírico. Es un momento imposible y hermoso. Se oye desde lejos la frase ojos de perro azul. Llega el río con sus hachas. Paula despierta y cuenta. Yo le hablo en voz muy baja. Y todo así en la mañana gris y ensombrecida.
L.
Los periodistas
Los periodistas -al menos una parte significativa de ellos- están sobrevalorados. Lo digo yo que fui periodista desde siempre. En general la gente poco informada supone que se trata de individuos preparados, sabios, especialistas en todas y cada una de las cuestiones. La gente poco informada supone que los periodistas representan a la opinión pública. Algunos los consideran jueces o abogados, cuando no médicos. Lo que sale en el diario es, para muchas personas, palabra sagrada. Pero no es así. Periodistas son hombres y mujeres comunes que encontraron trabajo en medios de comunicación. Algunos los usan bien. Otros los usan para servir a los intereses más nefastos y criminales que puedan imaginarse. Hay periodistas independientes y los hay, también, lacayos, genuflexos, esclavos. Escribir en un diario, hablar por radio o hacer morisquetas por televisión no es señal de autoridad. Un periodista no se limita a dar testimonio. Lo hace desde algún lado y no cree, si es honesto, en la objetividad. Hay tantas realidades como puntos de vista. Es bueno tener en cuenta estas anotaciones sobre todo ahora. Quien solamente es periodista, además, tampoco es eso que dice ser.
L.
Hambre, literatura y erotismo
Hambre y amor mueven al mundo, decía Freud citando a Schiller. Leyendo el prólogo de Anaïs Nin a Pájaros de fuego, un libro de relatos eróticos, se observa que el hambre y el amor también mueven o impulsan la literatura. Anaïs nació en París, fue pareja de Henry Miller y discípula del famoso psicólogo Otto Rank. Se dedicó también a la danza. Escribió textos eróticos a pedido de un señor enmascarado que le daba dinero a cambio de calentarse, acaso masturbarse leyendo los relatos de Delta de Venus o Little birds. Gran parte de esos cuentos, dice ella misma, fueron escritos con el estómago vacío. El hambre, a veces, estimula otros sentidos, como le ocurre a veces a los presos, obsesionados y ansiosos en la celda. Así, con hambre y amor, cultivó Anaïs Nin la flor del erotismo. Tuvo que luchar contra las exigencias de su patrón ("menos poesía", le ordenaba el caballero) admitiendo que de alguna manera debió convertirse en una puta literaria, es decir, cobrar por dar placer a un desconocido. La salvó la calidad y cierto grado de dignidad que ayudó a que los textos eróticos no se limitaran al acto, sobre el que hay muy poco para decir, sino a la puesta en escena. Sus auténticos escritos debieron ser abandonados. De ella quedaron el diario íntimo y los relatos sexuales donde la búsqueda del erotismo va unida a cierto respeto sacramental por el oficio literario.
L.
domingo, 20 de mayo de 2012
Lo útil
Lo que ahora no es práctico lo será mañana. La idea se relaciona con algo que escribimos más abajo, hace unos días, acerca de lo inútil. En ese texto rescatamos por ejemplo el ocio como un acto casi revolucionario en tiempos de producción en línea y utilitarismo dominante. Puede cuestionarse lo dicho y suponer que debemos hacer cosas útiles durante un tiempo, digamos en el año laboral, para poder disfrutar luego de lo inútil. Por esto último puede entenderse una actividad creativa, salir de vacaciones, hacer el amor y ese tipo de cosas no ligadas a un proyecto y que se hacen porque sí. El problema no es de solución fácil. Ante todo deberíamos saber qué cosa es útil y cuál no lo es. Y en segundo lugar podríamos considerar que la vida es corta y que aún cuando hacemos eso que la sociedad aplaude por su utilidad no deberíamos abandonar por completo el deseo. Hacerlo es morirse antes de tiempo y, ya se sabe, la vida es ahora, hoy, en este domingo inútil. Lo demás apunta a un futuro hipotético e incierto. Lo que ahora no es práctico lo será mañana. O pasado mañana.
L.
Momentos felices
Los momentos felices no pueden fotografiarse ni escribirse ni recordarse en detalle. Pueden apenas vivirse. Y a veces ni eso. Los momentos felices nunca son del todo felices. Por eso lloran las novias en los casamientos, algún invitado se emborracha, un clima de extrañeza recorre el aire. Una caminata por la orilla del mar puede ser afectada por el frío, un comentario deslizado al pasar, el cuerpo destrozado de una gaviota muerta. Después pasa el tiempo y tendemos a borrar la gaviota, el comentario, el viento frío. Dejamos solamente la boda como algo extraordinario y las manos entrelazadas como una prueba de algo imbatible. Por eso los momentos felices no pueden fotografiarse ni escribirse sin una dosis de autoengaño y fingimiento. Igual, como dice el dicho, ¿quién nos quita lo bailado?
L.
sábado, 19 de mayo de 2012
Y una vez más
Andrea, Cauca, Bogotá, Valeria del Mar y del Silencio, Ushuaia, renos, discos, bosque de lengas, lenguas, lagos, lunas de aceite en nudos de sombra, perros de la playa, cielo de agosto y angosto, recuerdos, rimas, represores, palos, Trelew, besos con la boca bien abierta, puertas, canciones, fuego en la nieve, puente de frágiles cañas, canas, campanas, eyaculación, pasión, palabras muertas y vivas, señales de vida, alas del deseo y del mareo, enormes cambios antes del fin. Andrea. Y una vez más. La última. Andrea.
L.
viernes, 18 de mayo de 2012
Lo inútil
Delfina, participante de un taller de narrativa a mi cargo, dice que la gente no lee poesía o narrativa debido a que vivimos el tiempo del utilitarismo. Supongo que ella quiso decir que la gente de hoy pone sus energías en lo que considera práctico, útil y necesario, es decir, en lo que está ligado a un proyecto concreto y muy visible. Ir al gimnasio es útil. Ir a yoga es inútil. Mirar el celular es útil. Mirar por la ventana del tren es inútil. Trabajar es útil. No hacer nada es inútil. ¿Para qué leer libros carentes de indicaciones claras y sencillas como, por ejemplo, los de la mal llamada autoayuda? ¿Para qué tirarse en la cama a mirar el techo? De ser así las cosas hasta soñar sería una pérdida de tiempo ya que le quitaríamos espacio útil al puro acto de dormir. ¿A ese punto hemos llegado? Delfina dice que sí.
L.
L.
Lavando encuentros
Ni una gota de agua en casa. Se lo cuento a una amiga y, para variar, me quejo. Ni siquiera voy a poder bañarme. Sólo tengo algunas botellas en la heladera con agua de la canilla. Agua helada, además. Mi amiga dice que igual puedo ducharme. ¿Cómo?, le digo. Lavando los encuentros, responde a modo de resumen. ¿Lavando encuentros? A continuación explica el procedimiento. Dice que en el cuerpo hay junturas como las axilas, las nalgas, las ingles, los espacios entre los dedos, la confusión genital. Sugiere que me limite a lavar solamente las zonas conflictivas. Y listo. La idea me pareció ingeniosa. Lavar bien esos lugares. Como al pasar pensé también en ciertos encuentros del pasado cuyo recuerdo debería ser lavado hoy, ahora, de una vez y para siempre. Sé que es otro tema. Pero así funciona mi cabeza. Encuentros. Desencuentros. Botellas. Olores. Pelos. Junturas. Coyunturas. Limpieza total y completa.
L.
El egoísmo
El egoísmo raramente se muestra como tal. Al contrario. Cuando aparece lo hace en nombre del bien común, sonríe, se muestra amable y preocupado por la vida de los otros. Hace tan bien el papel que uno se confunde y hasta lo trata con dulzura. Los más cándidos llegan a pensar que de ningún modo tal o cual es mezquino. Al contrario. Se trata de un ser bondadoso y solidario capaz de dar todo o casi todo de sí. Tarde o temprano, sin embargo, el egoísmo exhibe una daga brillante, lastimosa y visceral capaz de cometer el daño mayor. Y todo en nombre del bien común y la armonía.
L.
L.
jueves, 17 de mayo de 2012
La casa en la arena
El disparador del tercer concurso literario de Suspendelviaje es, como ya informamos, la casa en la arena. Somos conscientes de que la idea es difusa, no alude siquiera a una playa, todo indefinido y raro. La elección fue deliberada. Nuestra intención era no facilitar las cosas a los escritores, evitar lugares comunes, imaginar situaciones insólitas, etcétera. Los trabajos que vamos recibiendo dan cuenta de ese imposible posible. Eso nos alienta. Invitamos a los lectores permanentes o fugaces de este sitio a animarse y participar. Y a hacerlo antes, claro, de que la casa se vuelva un puro arenal.
L.
L.
Salvarse por la obra
Leo una biografía de Katherine Mansfield (1888-1923), maravillosa escritora cuya vida fue difícil por donde se la mire. Ambiciosa para algunos, desvalida e hipersensible para otros, fue muy avanzada en materia de libertad sexual femenina. Sus múltiples relaciones con hombres fueron tan intensas como desastrosas. Perdió un hijo en Berlín y allí contrajo sífilis. Luego vivió un dislocado matrimonio con un tal John Murry y se entregó, paralelamente, a un buen número de relaciones amorosas siempre conflictivas. Katherine Mansfield murió a los 34 años. Muy poco. Pero ese cortísimo tiempo le alcanzó para componer cuentos y novelas deslumbrantes. Como su admirado Chéjov ella sabía que toda vida es la historia de un fracaso. Se limitó, apenas, a fracasar de la mejor manera posible.
L.
L.
Esos días
También los hombres pasamos por esos días. Las mujeres no lo saben pero así es. Son días enfermos, oscuramente raros y mal paridos. Increíble pero cierto. Los hombres caemos de tanto en tanto en una especie de menstruación carente de manifestaciones externas. Una profesora de otros tiempos definió al período femenino como el llanto del útero por el niño no nacido. Ese goteo aparece de pronto y se repite mes a mes. ¿Qué cosa puede o podría ser el niño no nacido para un hombre común? Cada cual sabrá.
L.
L.
La muerte del sentido
El problema está en la sobrecarga de sentido que le damos a todas las cosas. Entonces hablamos de "la" felicidad, "la" verdad, el amor de mi vida, "la" vocación, la peor tragedia, la culpa total de los otros o la propia o la del mundo. A veces decimos que esta fue una semana de mierda o un mes de mierda o un año de mierda. Englobamos, exageramos todo, convertimos el menor episodio en una especie de amo que dirige todos y cada uno de nuestros pasos. Ahí está el problema. No es fácil matar el sentido. Pero siempre es posible sacar algo de la mochila. Así sea un par de medias. Siempre se puede, al menos, instalar una duda ahí donde reina y gobierna la certeza.
L.
miércoles, 16 de mayo de 2012
Química orgánica
Quien sólo entiende de química tampoco entiende química. La ingeniosa frase pertenece a un tal Georg Ch. Lichtenberg (1742-1799), científico y escritor alemán dado a los pensamientos breves. Hay una traducción ligeramente modificada. Quien sólo entiende de química tampoco la entiende. Perfecto. La idea es aplicable a casi todos los campos del saber y la existencia. Por ejemplo. Un gran especialista en cardiología que no haya leído algo al menos de psicoanálisis, o que no se interese por la poesía, será peligrosamente limitado en su especialidad. En la Argentina los chicos dicen que hay química, en una pareja, si entre sus integrantes circula algo parecido a la atracción sexual. También con esto último se relaciona el aforismo de Lichtenberg. Porque si apenas hay química...
L.
L.
No siempre
No siempre las mañanas son perfectas. La de hoy por ejemplo. Desperté a las siete y media pudiendo dormir hasta las diez. Desperté con pensamientos sombríos. Paula se sentó en la cama dos horas después. Estaba desnuda pero la escena carecía por completo de erotismo. Paula tuvo pesadillas y me contó una de ellas. En el medio hubo un llamado de una empleada del Banco Supervielle para hablar de extensiones y otros beneficios en mi tarjeta de crédito. Le dije a la joven que estaba en una reunión y todo quedó en nada. Paula pensó en el sueño que mataba a su madre por lo menos cinco veces. La mataba y la madre volvía a levantarse. Las formas de asesinato variaban pero resultaban violentas en todos los casos. Le dije que posiblemente eso que aparecía como su madre aludiera a comportamientos que ella quiere "matar", así, entre comillas, dentro de sí misma. Nada brillante. Fue lo que se me ocurrió. Paula escuchó desde lejos y buscó música en la computadora. Empezó a sonar la música. Luego fue a bañarse, dejó abierta la puerta del baño, y yo quedé como suspendido, sin saber qué hacer con los pensamientos sombríos de hacía unas horas. Luego la acompañé a la parada del 103 y regresé a la casa donde me esperaba el gato sentado sobre sus patas y la cola en actitud expectante. Nos miramos un rato y eso fue todo. No siempre las mañanas son perfectas.
L.
martes, 15 de mayo de 2012
Inteligencia y estupidez
La inteligencia tiene límites. La estupidez, en cambio, es ilimitada. Leí algo así en un diario hace unos días. No recuerdo si eran esas las palabras exactas. Más allá del detalle creo que así son las cosas. La lucidez tiene cada vez menos espacio. La pasión por la ignorancia le gana por goleada a cualquier intento de razonar algo por mínimo que sea. No sé por qué es así. Pero la causa importa poco en estos casos. Es así y listo. A veces uno quisiera ser como las piedras del camino. O como los caminos. O como el cielo mudo y neutro que envuelve, como un arco invisible, a los caminos y las piedras.
L.
L.
lunes, 14 de mayo de 2012
Adiós naturaleza...
Cada día se extinguen en el mundo 150 especies animales. Tres por hora. El dato fue proporcionado por la ONU y soy consciente, al escribirlo, que interesará a muy poca gente. No hablo del blog sino en general. Unas treinta especies fueron declaradas oficialmente desaparecidas en los últimos años. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza determina que de las 40 mil especies evaluadas en el mundo en 2006 -último informe conocido- unas 16 mil se inscriben en alguna de las cuatro fases de peligro extremo. Ello supone que están amenazadas el 12 por ciento de las especies de aves, el 23 por ciento de mamíferos, el 52 por ciento de insectos, el 32 por ciento de anfibios, el 51 por ciento de reptiles, el 20 por ciento de tiburones y rayas. La responsabilidad por semejante tragedia es, claro, del hombre. La pérdida de especies anotada es considerada la mayor desde la desaparición de los dinosaurios. Alguien podrá decir que, de todos modos, para qué necesitamos animales y plantas mientras tengamos computadoras, amor, cerveza rica, celulares y tantos placeres al alcance de la mano. La respuesta no es fácil. Pero existe y deberíamos dar con ella lo antes posible.
L.
Curso y concurso
Desde el blog y desde afuera de él organizamos en estos días dos actividades más o menos simultáneas. Una es el tercer concurso literario de Suspendelviaje. Los interesados en participar pueden ver las bases más abajo o en la columna del costado. Hay tiempo de escribir y enviar trabajos hasta el 2 de junio. El curso, que rima con concurso, es de crónica periodística o, mejor, del nada fácil oficio de contar. Es un taller virtual con encuentros por chat los martes a la noche. En este caso los interesados deben consultar en http://www.delaspalabras.com/ Al ser virtual podrá sumarse gente desde cualquier lugar del mundo...siempre que pueda expresarse en castellano. Junio de 2012. Curso y concurso. No falta tanto.
L.
L.
Policías voluntarios
La sociedad, o al menos una parte significativa de ella, ha ingresado al cuerpo de policías voluntarios. Son buenos hombres y mujeres del país. También jóvenes ejemplares en todos los sentidos imaginables. Integran el cuerpo, asimismo, los periodistas más destacados de los medios más reconocidos. Se trata, en suma, de gente linda e intachable. Los integrantes del novedoso y potente batallón están siempre listos para controlar disturbios o provocarlos. Están bien entrenados para matar, rematar, vigilar, insultar, encarcelar, espiar y participar incluso de sucias componendas con dueños de prostíbulos y poseedores de tierras feraces e industrias altamente productivas. El cuerpo de policías voluntarios se comporta con buenos modales, ayuda a cruzar la calle a ciegos y viejitos, honra con la vida la bandera de la patria. Pero cuidado. En cualquier momento llevan la mano a la cintura y disparan a quemarropa. Lo hacen por lo general sin mucha puntería. Y todos sabemos adónde van a parar las balas perdidas de los buenos y valientes policías.
L.
domingo, 13 de mayo de 2012
Ropa interior
Si la vida se limitara a lo exterior -oficina y familia, televisión y celular, obediencia, computadora y horarios- qué triste sería. Un único cielo, un solo escenario, la máscara de siempre con la sonrisa dibujada. Quién se construye una vida interior, en cambio, goza de una existencia doble. Más rica. Más interesante. Es una especie de mundo clandestino tan necesario y oculto y humeante como la ropa interior. En la calle nadie la ve. Pero por algo la usamos y la escondemos. A diferencia del calzoncillo, la bombacha y el corpiño hombres y mujeres no deberíamos quitarnos nunca la vida interior.
L.
sábado, 12 de mayo de 2012
Hay tiempo hasta...
Hay tiempo hasta el 2 de junio para participar del tercer concurso literario convocado por este blog. Las bases pueden leerse más abajo o en la columna del costado. Los que quieran ejercitarse en el arte de contar tienen tiempo hasta el 5 de junio, día de inicio del curso que voy a dictar sobre crónica. Los interesados deben consultar en www.delaspalabras.com Por último, los que quieran trabajar siguiendo la ley del deseo en cualquiera de sus formas, bueno, para ellos queda, por decir algo, todo el tiempo del mundo.
L.
La araña no sabe
La araña no sabe quién será la víctima de la tela que hila esforzadamente. La oruga ignora a la mariposa cuya metamorfosis prepara como resultado de un largo entrenamiento. La boca no sabe por quién será besada el 2 de marzo de 2014. El fabricante de explosivos no sabe dónde será detonada la bomba que acaba de armar con singular esmero. Tampoco sabe los nombres de los niños, mujeres y hombres cuyas vidas extinguirá. La red ignora a los peces que va a atrapar. Nadie sabe por qué, por quién y para qué hace lo que hace. La vida se nutre de una infinita y asombrosa ignorancia.
L.
L.
Ser escritor
Ser escritor no consiste en publicar libros y ser entrevistado por los suplementos culturales o la televisión. Tampoco en el éxito si es que tal cosa existe. Ser escritor no implica títulos ni homenajes de ningún tipo. El calificativo no se aplica a trayectorias, premios, elogios ni curriculums. Ser escritor consiste apenas en escribir un poco todos los días apostando con pasión a la inutilidad del gesto y sin pensar en el destinatario de la obra. Tampoco en la obra. Escribir todos los días un poco sin esperanza ni desesperación.
L.
L.
viernes, 11 de mayo de 2012
Llamado
Pensé en llamar a Paula para decirle que estoy triste. Lo pensé realmente. Paula está en Grecia ahora. En un mensaje reciente me contó que vio los volcanes de Santorini. No sé qué cosa es Santorini pero algo me dice que no es buen momento para molestarla con un mensaje de esos. Estoy triste. ¿Qué se puede responder ante semejante declaración? Aún así decidí llamarla y no hubo respuesta. Me contó luego, por mensaje de texto, que ahora surfeaba en las costas de Sudáfrica. Me dijo que estaba contenta y que me llamaría apenas desembarcara en Angola como parte de su extenso recorrido. A Paula le gustan los cruceros y esas cosas. Pensé de todos modos, aunque menos convencido que antes, en llamarla y decirle que estoy triste. Pero ya sea por la enorme distancia, por los malos entendidos o por la emergencia del larguísimo viaje, lo cierto es que me olvidé no sólo del llamado. Ya ni siquiera sé si de verdad estoy triste.
L.
El sol es verde
El cielo no es azul sino negro. El sol es verde. No sale ni se pone. Se mueve en el espacio a una velocidad de 220 kilómetros por segundo. Las nubes no contienen vapor sino ligeras gotas de agua. No hay agujero de ozono sino un adelgazamiento creciente de la capa formada por ese gas. La niebla no se levanta. El rocío no cae. Ni siquiera es blanca la nieve. Habitamos un mundo desconocido. No vemos átomos por ningún lado. Tampoco neutrinos. Pero es casi todo lo que hay. Añoramos algo sin nombre ni forma ni lugar. Vivimos y no sabemos qué es la vida. Amamos y no sabemos qué es el amor.
L.
jueves, 10 de mayo de 2012
Miedo a la poesía
Leo en blogs vecinos pequeñas historias obstinadas en rechazar cualquier cosa que suene a sueño, emoción, conmoción o iluminaciones. Lo moderno parecería ser lo real, o lo considerado real, desprovisto de ilusión. Hasta el erotismo, en los blogs dedicados al género, aparece despojado de creatividad, asombro y hasta excitación. Todo previsible. En los relatos la gente habla como habla en la calle, es decir, una versión empeorada de los mensajitos de texto y los comentarios desangelados que se leen en las redes sociales. No veo un avance en este rechazo a lo poético. Lo atribuyo, más que nada, a un empobrecimiento general de la subjetividad. O al pensamiento vulgar que asocia poesía con estupidez, con frases solemnes y palabras raras. La poesía de verdad, sin embargo, no contiene ninguna de esas tonterías. Hoy leí un haiku japonés, forma mínima de la poética oriental, que no tiene nada de extraño. Dice apenas que una mosca se frota las manos y las patas. No la aplastes, finaliza el haiku. Y yo le pido, casi le ruego a los modernos enemigos de la poesía, que no aplasten ni a la mosca ni al encanto.
L.
Miedo a enamorarse
Los que se enamoran temen, a la vez, enamorarse demasiado. Temen, en realidad, que el objeto de amor extremo y supuestamente alcanzado pueda perderse en algún momento. Los que se enamoran endiosan al ser amado hasta límites increíbles. Tanto se aferran que lo que debería ser motivo de paz y felicidad plena genera angustia. Sin él o sin ella me muero, dicen. No voy a poder seguir viviendo. Luego descubren que sí, que pueden seguir viviendo y que ningún objeto o cosa de este mundo, o del otro, puede ser alcanzado jamás.
L.
L.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)