jueves, 17 de mayo de 2012

La muerte del sentido


El problema está en la sobrecarga de sentido que le damos a todas las cosas. Entonces hablamos de "la" felicidad, "la" verdad, el amor de mi vida, "la" vocación, la peor tragedia, la culpa total de los otros o la propia o la del mundo. A veces decimos que esta fue una semana de mierda o un mes de mierda o un año de mierda. Englobamos, exageramos todo, convertimos el menor episodio en una especie de amo que dirige todos y cada uno de nuestros pasos. Ahí está el problema. No es fácil matar el sentido. Pero siempre es posible sacar algo de la mochila. Así sea un par de medias. Siempre se puede, al menos, instalar una duda ahí donde reina y gobierna la certeza.
L.

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