domingo, 13 de mayo de 2012
Ropa interior
Si la vida se limitara a lo exterior -oficina y familia, televisión y celular, obediencia, computadora y horarios- qué triste sería. Un único cielo, un solo escenario, la máscara de siempre con la sonrisa dibujada. Quién se construye una vida interior, en cambio, goza de una existencia doble. Más rica. Más interesante. Es una especie de mundo clandestino tan necesario y oculto y humeante como la ropa interior. En la calle nadie la ve. Pero por algo la usamos y la escondemos. A diferencia del calzoncillo, la bombacha y el corpiño hombres y mujeres no deberíamos quitarnos nunca la vida interior.
L.
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