Un mapa, a la manera de un plan de acción, es necesario. Un mapa. Un trazado. Una especie de orientación general. Un mapa es necesario aunque después, en el camino, resulte conveniente cambiar un fiordo, una isla fuera de lugar, un desierto que de pronto se convierte en mar. Pero una cosa es partir de algo, un borde, una frontera, y muy otra moverse sin rumbo siguiendo apenas lo que los vientos decidan. Los vientos. La deriva. Los sueños. El deseo. Todo eso está bien. Pero, por si acaso, que no falte un mapa.
L.
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