miércoles, 23 de mayo de 2012

La conversación

No hay tema. Llueve y sopla viento verde. No hay desarrollo. Las palabras caen sobre un trapecio lleno de agujeros, es decir, se hunden como piedras en el agua. Las palabras mismas son agujeros en la gran laguna. O peces que no alcanzan a ser atrapados. La conversación no tiene sentido y por eso tiene espacio y lugar. Porque no tiene sentido. Como las gotas de lluvia que no sirven para nada y, justamente por eso, porque no sirven para nada, salvan el día.
L.

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