martes, 22 de mayo de 2012

Palabra y acto



Un hombre se define no tanto por lo que dice sino por lo que hace. La distinción es fundamental y sin embargo no es atendida suficientemente. Los espectadores admiran los discursos y subestiman los actos. Las novias y esposas se emocionan cuando sus novios o maridos les dicen que las aman. A los novios y esposos les ocurre algo similar con el discurso amoroso y encendido de las mujeres. El fenómeno se repite de manera casi rutinaria en el campo de la política, la filosofía y hasta la literatura y el arte. Pero si las hermosas palabras van acompañadas de actos monstruosos habría, al menos, que pensar un poco en el asunto. ¿Por qué? Porque una persona se define no tanto por lo que dice sino por lo que hace.
L.

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