jueves, 12 de julio de 2012

Bienvenida intimidad

Facebook, la más promiscua de las redes sociales, admite en un informe que acabo de leer que el 70 por ciento de sus usuarios ya no confían en ese espacio para dejar ahí su información personal o íntima. Un 44 por ciento de los encuestados dice haber eliminado comentarios propios y ajenos de su muro, un 37 por ciento se ha desetiquetado de fotos, el once por ciento se arrepiente de contenidos e imágenes que publicó en el muro. Algunos desarrollaron la habilidad de servirse de un producto sin entregarse totalmente a él. La gota que desbordó el vaso fue el debut de la compañía FB, gran succionadora de datos personales, en Wall Street. En algún lugar de su alma los usuarios están convencidos de que Facebook los está vendiendo. ¿Cómo? Poniendo la intimidad recolectada al servicio de una publicidad online que mueve unos 22 mil millones de euros al año. Una amiga profesora, casada y con dos hijos, decidió probar lo que aquí se denuncia presentando un perfil falso. Viuda y sin hijos. Antes, por mensaje privado, se comunicó con sus amigos para que la aceptaran de nuevo en la tribu. Ahora se divierte con los banners que Facebook adjudica a su fingida personalidad. La preguntan y le ordenan comportamientos y miedos diversos. Combata la depresión, compre zapatos, coma chocolates, ¿qué hacer si sospecha que está padeciendo un infarto? Mi amiga ha comprendido el mecanismo. Bienvenida intimidad. Nunca debimos traicionarte.
L.

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