martes, 17 de julio de 2012

Los viejos

Los viejos no saben que son viejos. De ahí su mayor asombro y desconcierto. En general no tienen más de 18 o 22 años, miran a las mujeres como las miraban a esa edad, no entienden el desprecio casi absoluto que los rodea por su aspecto desaliñado, sus arrugas, sus temblores evidentes al cruzar las grandes avenidas. Los viejos no registran cómo ni cuándo ocurrieron los hechos. El reloj de sol da sombra en todas partes y ellos, que apenas acaban de nacer, descubren algo que sólo ellos saben y que, como casi todas las cosas de este mundo, no tiene nombre ni sentido ni explicación.
L.

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