jueves, 19 de julio de 2012

Sala de embarque



Y todo ese mundo absurdo de los aeropuertos, las valijas con rueditas, los bostezos de las azafatas, ese ambiente de aquí no llegan los problemas, largas listas de ciudades en la pantalla, partidas, arribos, demoras y etcéteras. Y todo eso mientras Paula o como se llame hace la fila y yo hago como leo el diario pero la miro desde lejos como se ve a una gaviota junto antes de levantar vuelo, porque de eso se trata, de un vuelo hasta quién sabe dónde que la aleja de mí quién sabe hasta cuándo. Y verla desaparecer por fin en la sala de embarque, adonde ya no tengo acceso, ahí donde uno está y no está al mismo tiempo, esa especie de nada y nadie donde los que quedamos ya no podemos ver lo que amamos ni siquiera en la imaginación. Mujer en vuelo y hombre en tierra, una situación que por vivida no deja de ser desesperante y aún desconcertante y todo ese mundo absurdo y lleno de cohetes lanzados al espacio mientras aquí no quedan ya motivos para irse, quedarse o resistir.
L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario