miércoles, 25 de julio de 2012

La bella durmiente

La clásica historia de la princesa hechizada sigue despertando interrogantes. Se sabe que el conjuro fue deshecho por un príncipe que en ese momento perseguía a un jabalí. La escena se desarrollaba en un bosque cubierto de flores de todos los colores. El sueño de la bella durmiente duró cien años y terminó con un beso. Más recientemente Quim Monzó, un escritor español, imaginó la misma situación pero con una variante perturbadora. El caballero desmontó del caballo, besó a la princesa tal cual lo establece la tradición y, de inmediato, ambos decidieron casarse, tener hijos y envejecer juntos. Todo parecía resuelto cuando el príncipe alzó la cabeza y descubrió que, unos veinte metros más allá, en un claro del bosque, había otra joven dormida, tan hermosa como la anterior, acostada sobre una litera de ramas y rodeada de flores de todos los colores.

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