Ya todo el mundo sabe que las abejas están desapareciendo. El hecho obedece a una suma de factores como el cambio climático, la contaminación que producen los pesticidas, la acción de los parásitos, en fin, para qué seguir. Un mundo sin abejas es un mundo sin polinización de cultivos, es decir, sin algo esencial para la alimentación de la humanidad. El fin de las abejas significará el adiós a la mayoría de las semillas y los frutos. No habrá más panales ni zumbidos. No habrá miel. No habrá dulzura. Sólo quedarán agujeros vacíos por donde soplará un viento oscuro y sin amor. Acaso quede alguna abeja reina esperando que un zángano atrevido le de placer al mientras tanto. Qué pena las abejas. Nunca dañaron a nadie. No son malas. Pero algo o alguien ha resuelto castigarlas para siempre.
L.
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