Mi padre escribe cartas desde la cárcel. No alcanzo a ver la fecha. Está borroneada. Mi padre cuenta que está en Devoto y que junto a sus camaradas ha iniciado una huelga de hambre por más visitas, más higiene, el fin de las torturas. Mi padre ha sido torturado. Dice que por un ventanuco de la celda -de dos por dos, precisa- ve un pedacito de árbol. Me pregunta por mi madre y por la situación mundial. Somos unos pocos adentro y millones afuera. Lo dice mi padre en la carta que recibí esta mañana. La escribió tirado en su camastro, como lo llama. Su camastro de piedra. Me aconseja que estudie y manda saludos para tres o cuatro personas que no conozco o no recuerdo. Dice que falta poco para la revolución. Dice que cuide a mi madre. La diferencia entre los dos es poca, dice. Yo entre cuatro muros y tú fuera de ellos. Mi padre suele hablar de tú cuando escribe cartas desde la prisión en donde está alojado. Me gustaría decirle algo pero no me animo. Voy a esperar un tiempo y le respondo. Mi padre ha escrito una carta desde la cárcel. Y yo no sé qué hacer con la carta, con la cárcel, con la vida y con todo lo demás.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario