miércoles, 22 de julio de 2009

Distancia


A doscientos metros no podemos saber si una mujer es linda o no. A unos centímetros todas son iguales. La percepción de la belleza necesita cierto margen espacial que varía no sólo de acuerdo al observador sino también de acuerdo al objeto observado. Entre nosotros decíamos sobre alguna mujer, usando una expresión ya convenida, que tiene buen lejos. Ocurre que a cierta distancia parecía bonita, pero apenas uno se acercaba no lo era. Otras en cambio tienen buen cerca, pero cuando se alejan notamos que son desproporcionadas o flacas o con las piernas torcidas. ¿Qué distancia debe servirnos de patrón para dar un veredicto estético sobre una persona? Un amigo, a quien le hice esta consulta, me respondió: la distancia de la conversación.


Julio Ramón Ribeyro, escritor peruano.

8 comentarios:

  1. La apreciación de la belleza cambia con los años...¿puede decirse que un cuerpo es objetivamente bello?
    Y recuerdo haber descubierto de pequeña que la belleza era una construcción de época y haberlo olvidado mil veces.
    Me gustó el final del texto. Adhiero, siempre es bueno tomarse un cafecito antes del telo.
    E

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  2. Es precisamente la charla (léase ese momento grabado en nuestra cabeza cuando hubo algo en un bar, con un vino, y los dos en silencio mirando hacia el otro sin ver demasiado) el instante mágico que nos une a una hembra cualquiera. La mesa de un bar sería la distancia que propone Ribeyro (para mí). Despues se convierte en novia o esposa o concubina y la distancia se va al corno (por no decir sandeces)

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  3. Puede que la distancia dependa de las ganas que tenga la mujer de parecerle estética al hombre - que ella seguramente vió primero e incluso ya lo escuchó- ... a veces la mesa del bar sale sobrando.

    como dice Ruben ,la distancia se va al corno (??) pero la conversación prevalece y los gestos... benditos gestos! adquieren otro tono, se vuelve irremediablemente más netos.

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  4. Exactamente ésto es lo que muchos hombres han perdido...la posibilidad de entender que la belleza radica en lo que se construye de a dos. La charla es una parte de ello. El buen irse o bien venir es otra...también de Ustedes, Caballeros!

    Mariana

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  5. El texto de Ribeyro vale tanto para hombres como para mujeres. En ambos casos la conversación sigue siendo un buen patrón para medir la belleza o atractivo de una persona. Pero, claro, no es el único.
    L.

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  6. ¿Es linda? Me parece linda. Belleza tan propia como indecible. La inventamos al andar. He visto cómo se desvanece en la palabra. La he dejado engañarse con el tiempo para luego descubrirse en otros mundos. Quizás no exista. La distancia de la belleza la decido yo.

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  7. Puede que la conversación sea un paso previo, inevitable para el acercamiento, pero una vez que los cuerpos se encuentran, esas palabras sobran y si la desgracia o la dicha del enamoramiento sucede, y los encuentros se repiten con un andar propio que me saca de mi y yo camino a tu lado, ciega pero despierta, hasta que llega el momento en que ya prefiero que te calles
    e

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