El malestar de muchos se origina en la necesidad jamás resuelta de querer ser lo que les falta. Por eso las mujeres se operan las tetas o inflan extrañamente sus labios. Por eso los hombres se hacen implantes de pelos ajenos o estiran sus penes y penas. Por eso casi todos sueñan con ser otros, escribir como otros, vestirse, hablar y hasta coger como los demás. ¿Y si replanteáramos la cuestión? ¿Si pensáramos que justamente en la carencia reside la marca más pura y genuina de nuestro ser? Si nos convirtiéramos en otros desaparecerían del mundo los individuos y las individuas interesantes. Seríamos todos insoportablemente iguales. Una persona no se define por lo que tiene sino por lo que le falta.
L.
L.
A mi me parece que no nos definimos por lo que nos falta. Prefiero pensar que lo que mas habla de nosotros es lo que amamos.
ResponderEliminarLástima que lo que amamos después se va y nos falta...
ResponderEliminarLuis
Todo lo que nos llega, en algún momento se va. Sino cómo explicamos que siempre estamos en búsqueda de algo nuevo?
ResponderEliminarMagalí
¿Cómo lo explicamos? A partir del hecho fácilmente comprobable de que el deseo nunca se realiza. Esto nos produce cierto estado de angustia o vacío. Pero mientras estemos habitados por el vacío habrá lugar para el deseo. Lo que están llenos pierden la capacidad de amar. Por eso se dice que la felicidad nunca hizo feliz a nadie.
ResponderEliminarL.
¿Existe la felicidad plena? para mi son solo momentos. Siempre algo te falta, y ahi volvemos a la premisa principal: "Una persona no se define por lo que tiene sino por lo que le falta"
ResponderEliminarMagalí
Creo que por fin llegamos al punto.
ResponderEliminarL.
A veces tampoco se define por lo que da, sino por lo que pide.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Trataré de recordarlo más seguido. Agradezco que me falten bastantes cosas. Abrazo.
ResponderEliminarSer y tener no puede ser lo mismo, sobre todo si hablamos de siliconas.
ResponderEliminarPara mi la felicidad es ese segundo en el que puedo unir, cuerpo, mente y alma.
Saluti
Decía que somos lo que amamos. Eso no se va, eso no falta. A veces, sobra. A veces desborda.
ResponderEliminarTodo puede ser, Román. Y si también fuera cierto que matamos lo que amamos (como advritió Wilde)es posible que, al hacerlo, estemos destruyendo algo fundamental de nosotros mismos.
ResponderEliminarL.