Vivir es desviarse, decía Kafka. Y así es. Lo más importante de la vida suele ocurrir cuando los senderos se bifurcan. Toda línea recta se opone a las emociones. Cuando doy clases lo más importante sucede en la interrupción. Una pregunta, un recuerdo, una asociación libre. La lección principal se produce en esos raros e inesperados momentos. Pero para que el desvío suceda hay que circular. Porque sólo el movimiento engendra movimiento.
L.
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