De tanto en tanto este blog es visitado por gente simple, es decir, por los que no se enroscan nunca, los que no tienen problemas, los que disfrutan de la vida, los felices, etcétera. Y dado que en este blog somos enroscados, complicados, amargados y todo eso, recibimos, de tanto en tanto, consejos propios de la gente sencilla. Un lector perteneciente a ese grupo nos recomienda siempre comer pastas con mucho queso rallado y dejarnos de joder. La primera vez nos pareció un buen chiste. La décima o vigésima vez lo leímos como algo demasiado parecido a la estupidez. Acá tenemos la idea de que nada es simple. Al contrario. Vemos la vida como un fenómeno extraño, lleno de sorpresas, un lugar donde cada cosa, hasta un beso en la boca, resulta excepcional. No creemos que existan chicas típicas de barrio, no le decimos pan al pan ni vino al vino. Dudamos de todo, hasta del amor, y el desconcierto gana siempre las carreras. Comemos pasta y asado como todos. En ocasiones nos gustan los días de sol. Pero no negamos los de lluvia. Peor aún. Amamos las tormentas. Todo es raro. También este blog con su idea absurda y firme de suspender el viaje hasta nuevo aviso.
L.
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