Quiero ser moderno. No deseo quedar al margen de las nuevas tendencias. Los medios periodísticos aconsejan sumarse a las redes sociales para no quedarse atrás. Parece que hay que estar adelante pero nunca atrás. No quiero que esta última frase sea mal interpretada. La sola idea de atrás y adelante ofrece material para malos pensamientos. Pero lo cierto es que mi experiencia en twitter, adonde me sumé alegremente con el alias de @luisgruss, está resultando desastrosa. Casi todos los participantes hablan casi exclusivamente de la nueva versión local de Gran Hermano. El mundo se cae a pedazos, en España hay cinco millones de desempleados, en Colombia una masacre diaria, en Libia los libios matan a los libios (mientras las potencias occidentales se llevan el petróleo a sus casas matrices), en Chile los estudiantes siguen en las calles, los mares se llenan de plástico y basura, y, mientras tanto, la comunidad twittera se pregunta si alguna chica se bañó desnuda en GH, si alguien se besó en la boca, qué dijo tal o cual, etcétera. Qué triste. Debería irme de twitter ya mismo, también de Facebook, qué horror, y hasta de este blog. Pero no. Voy a permanecer atento, casi en estado de alerta, por algún tiempo más. Antes del fin debe quedar un testigo a salvo. Al menos uno. O tal vez dos.
L.
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