Ha sido mundialmente aceptada la idea de que no hay nada mejor que una comedia. Tanto en cine como en teatro. Una comedia. Si uno está mal lo que tiene que hacer es ver una buena comedia. Está mundialmente aceptada la idea de que para sufrir está la vida. Si voy al cine lo hago para desenchufarme, me dijo alguien una vez. Para divertirme. No voy al cine para llorar. No voy para pensar. Voy para olvidar y entretenerme. La idea está mundialmente aceptada y no pretendo en estas pocas líneas desarmar un plan perfecto y mundialmente aceptado. Veo una comedia, me río, dejo de llorar, en fin, antidepresivo perfecto. Pero aún así, arriesgando una minidefensa del drama y la tragedia, voy a limitarme a reproducir una idea que acabo de escuchar de un compañero de trabajo caracterizado por su lucidez. Para comedias está la vida.
L.
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