El arte de la fuga adopta en la Argentina la idea de irse a la mierda. Me lo dijo recién una compañera de yoga. Quiere irse a una montaña, al mar, a cualquier lado. La única condición es que no haya gente a la vista. Me lo dijo un taxista el sábado. Me habló de Cabo Polonio o de cualquier lugar de Uruguay. Me dijo que en ese país se vive a escala humana. Es posible. Tengo esa idea también. Le dije a mi compañera de yoga que lo primero que tiene que pensar es dónde queda la mierda. El segundo paso es irse allá. Me insistió. Un lugar donde no haya gente. Un desierto, le propuse. Un desierto, repitió, como en un mantra. Estábamos en yoga y el detalle no es menor.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario