Avisos clasificados

Leo avisos clasificados al azar en una bolsa de trabajo. Dos de ellos piden una secretaria ejecutiva. Ya se sabe. Buena presencia, es decir, pollera corta, tetas visibles, sensualidad fingida, etcétera. Amplia disposición horaria. También se sabe. La candidata no podrá disponer de su tiempo más allá de la oficina. No podrá ir al gimnasio ni hacer un taller de teatro ni coger con su novio ni aprender inglés o filosofía. Deberá estar a disposición del jefe en todo momento. Pero lo que más me impresionó no fue eso sino un requisito anotado casi al final. La futura secretaria debe estar dispuesta, dice el aviso, a "trabajar bajo presión". Otro anuncio resulta aún más específico. Se le pide a la chica "amplia tolerancia frente al estrés traumático". Es decir. Parece que para tener un empleo hay que estar dispuesto a enloquecer, autodestruírse y, encima, sonreír. No hace falta leer a Marx. El capitalismo salvaje se entiende leyendo avisos clasificados.
L.