La poesía no se vende porque no se vende. El conocido aforismo alude a la condición irreductible del lenguaje poético que, bien entendido, lleva a tener, también, una vida poética y de ojos abiertos. Vivir poéticamente cuesta caro pero a la larga conviene. Tanto prólogo se relaciona directamente con este blog. Observamos que está bajando al mismo tiempo la cantidad de lectores y la de comentarios. Tenemos una teoría al respecto. Más allá de nuestros errores y de cierta adicción que tenemos por alumbrar el lado oscuro de la luna, este espacio no tiene manitos levantadas, no promete nada, no cuenta chistes, toma distancia tanto de los amargados como de los eufóricos de la felicidad total. Para colmo, mientras todo el mundo sueña con viajar, el blog propone lo contrario ya desde el nombre. En conclusión. Suspende no vende porque no se vende.
Andrea y Luis
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