lunes, 10 de septiembre de 2012

A contramano


Hoy, 11 de setiembre, se cumple un nuevo aniversario del golpe ejecutado por los militares, y organizado y pagado por la CIA estadounidense, contra el gobierno socialista de Salvador Allende. Sé que se trata de un episodio remoto y fuera de moda. Sé, como aconsejan todos, que debo mirar hacia adelante y no quedarme clavado en el pasado. De Allende, el compañero presidente, quedan pocas cosas. Un par de anteojos partido al medio, un carnet, un ticket, una billetera vacía y cuarteada. En Chile se lo recuerda poco y mal. Se diría casi que es una figura prohibida. Allende quiso probar con el socialismo en democracia. La experiencia duró poco, acabó trágicamente y sobre ella se han dicho demasiadas cosas. El tema me afecta por razones complejas. Bajo el gobierno de la Unidad Popular yo era muy joven y participé de trabajos voluntarios en una comuna marginal de Santiago de Chile. Ayudé a construir un parque infantil que llevaba el nombre de René Schneider, un militar leal asesinado por la CIA apenas un mes después de que la UP asumiera el poder. Éramos un grupo de estudiantes secundarios que primero empezamos solos y luego fuimos ayudados con entusiasmo por los habitantes del lugar. El parque infantil quedó hermoso. Lo más probable es que ya no exista. La gente del barrio nos despidió con cuecas, besos, abrazos y empanadas grandes como son las empanadas en Chile. Nos fuimos de ahí en un camión lleno de banderas y emociones. Allende cumplió sus promesas incluida la última que consistía en no abandonar la Moneda, casa de gobierno en el vecino país, hasta que se cumpliera el mandato que el pueblo le había otorgado. No le dieron tiempo y, rodeado de lobos sedientos, se suicidó en un acto que lo dignifica aún más. Casi a la misma hora estaba muriendo en un hospital de Santiago el escritor Pablo Neruda, autor, entre otras obras, de los veinte poemas de amor y la canción desesperada. En Chile, hace casi cuarenta largos años, ganó, al menos por ahora, la canción cruel, mezquina y desesperada. 
L.  

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