Pensar no está de moda, es más, ese antiguo ejercicio suele ser visto como una extravagancia propia de gente aburrida que no vive el presente. Hay, evidentemente, mejores cosas que hacer para pasar el día y no hace falta que las detalle porque cada uno sabrá de qué hablo. A veces para pensar hay que escribir. Uno escribe y se da cuenta lo que piensa de tal o cual cosa. A veces conviene caminar. O quedarse en silencio en una habitación vacía. La soledad, que no es una desgracia, ayuda en ese camino. El amor, si es verdadero, también. Pensar es incómodo y peligroso. Pero es tan importante como el ejercicio físico, como soñar, cantar o respirar.
L.
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