viernes, 28 de septiembre de 2012

PrimaVera


Vera, mi prima, es por momentos fría, seca indiferente. Pero a medida que las horas pasan Vera se humedece, se calienta, actúa como la mujer que es y hasta se vuelve obscena. De su cuerpo brotan todo tipo de hojitas y flores que ella ostenta en todas partes con orgullo. La prima Vera es un caso. Su cuerpo habla más que su boca. Su boca está llena de sol y de viento. Sus manos se expanden como queriendo dejar inviernos y otoños muy atrás. Hasta podría decirse que Vera es optimista, vital, definitiva. Pero ella sabe, como lo sé yo, que la vida pende de un hilo y que lo efímero también la incluye. Caerán las hojas, caerán las flores, el viento dejará de soplar y mi prima tendrá, finalmente, que someterse al destino. Pero mientras tanto Vera disfruta y desfila audaz y valiente frente al mundo.
L.

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