jueves, 6 de septiembre de 2012

Paula

Me enamoré de Paula cuando leí en su autobiografía que se consideraba parte de una asamblea de almas, es decir, que se sentía habitada por una multitud de Paulas que emergían y desaparecían alternativamente. La autobiografía fue el primer trabajo práctico de un curso de crónica periodística que dicté por internet. Lo que cuento ocurrió hace tres años y medio aproximadamente. Recuerdo que leí el texto con especial atención porque entendí que la autora no pretendía impactarme ni conmoverme como docente o persona. Entendí que Paula no le hablaba a nadie en particular sino que simplemente escribía lo que pensaba utilizando un lenguaje preciso y seco. Eso me sedujo al punto de comunicarme con ella a la distancia y hacerle saber que algo esencial había ocurrido en el planeta. No sé ante cuál de las Paulas terminé rendido como un pájaro cansado de volar. Pero sea quien sea se trata de la que ahora está conmigo y de la que me enamoré, quizás, para siempre. Sólo faltaría saber qué decidirá la asamblea en su próxima, casi inminente reunión.
L.

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