sábado, 15 de septiembre de 2012

Una única especie


A diferencia de los animales y las plantas el hombre se constituyó como una única especie. El homo sapiens sapiens reinó y aún reina en su unicidad. Raramente permite que en la tribu de iguales iguales se infiltren los diferentes diferentes. El hombre único desprecia a estos últimos. Los llama negros, sucios, feos, putos, subversivos, yeguas en el caso de las mujeres. Una cultura de la ignorancia única y muy sólida llegó para quedarse. Por eso todos  o casi todos los componentes de la raza hablan igual y cometen hasta las mismas faltas de ortografía. Todos iguales. Todos buenos. Todos blanquitos y adorables. ¿Pero acaso no sería más rica nuestra especie si se repartiera, al menos un poco, en otros seres, otros colores y otras formas?
L.

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