Una mujer intensa es más hermosa que una mujer hermosa. ¿Intensa en qué sentido? Voy a tratar de improvisar una respuesta mientras escribo este post. Una mujer intensa no es pasiva, no le da todo lo mismo, no se dedica el día entero a pintarse, bañarse y exhibirse. No ríe fuerte pero ríe en silencio y por dentro que es mejor. Una mujer intensa llora cuando no le queda opción. Una mujer intensa se entrega de una manera tan avasallante y feroz como el viento de Quequén, la playa de mi infancia. Este último detalle es irrelevante. Una mujer intensa se mueve como lo hace el océano pocos minutos antes de la tormenta. Pero es capaz, también, de serenarse intensamente. Y de callar si hace falta. Y de negar su propia y voluble intensidad. Conocí y conozco a mujeres intensas. Me pregunto si soy intenso como ellas o soy, más bien, todo lo contrario. ¿Cómo sería eso? Voy a tratar de improvisar una respuesta.
L.
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