lunes, 14 de noviembre de 2011

A diez centímetros del suelo


Paula no sabe en dónde está parada. Lo dice así. No sé dónde estoy parada. Le pregunto por qué. Me responde que le gustan muchas cosas al mismo tiempo, no sé, dice, bailar salsa, andar en bicicleta, estudiar biología marina, periodismo, literatura, dibujar gatos en un papel. Paula no puede concentrarse. Piensa que a una persona a la que le gusta todo no le gusta nada en realidad. Piensa que ella debe profundizar en una sola cosa. No sé dónde estoy parada, insiste. Y yo le digo que esa grieta, esa duda existencial, ese no estar aferrada es una buena base para empezar. ¿Para empezar qué?, pregunta Paula en pleno contraataque. Y yo no sé qué responder.
L.

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