martes, 8 de noviembre de 2011
Leer
Leer no es entrar solamente en un libro. Leer es entrar en el alma del autor. Y como no hay alma sin cuerpo es también entrar en el cuerpo del escritor. Esto último habilitaría una visión erótica de la lectura que, llevada a un extremo, incluiría todo tipo de confusiones de sexo, vida, muerte, edipos e incestos varios. El simple acto de leer, en conclusión, es peor que observar un cuerpo desnudo. Es también olerlo, tocarlo, penetrarlo, desflorarlo. Debe ser por eso que se lee cada vez menos. ¿Amor líquido? Peor. Amor seco.
L.
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