La realidad es tan necesaria como desgraciada. La verdad en tiempo real, nos dicen, es algo llamado Gran Hermano. O peor. Lo común, lo de todos los días, las historias que no dejan ningún margen de misterio. Un kilo de carne. Un lindo mensaje de celular. Eso es o sería lo que tiene sentido. Todo lo demás no sirve para nada. ¿Pero por qué todo debe tener sentido? En 1924 Neruda escribió sobre un hombre abandonado como los muelles en el alba. No digo que sea una genialidad. Pero esa imagen resulta muy potente. Más que un semental. ¿Por qué dejarla de lado a cambio, por caso, de una nota cualquiera del diario de hoy? Nada más irreal y absurdo que las televisiones, los diarios, los carteles de memoria y la puta calle. Nada más real que un hombre abandonado como los muelles en el alba. Por ahí pasa la verdad...o algo que se le parece mucho.
L.
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