viernes, 27 de enero de 2012

Desnudez

La fascinación que producen los cuerpos desnudos es explicable. No se trata de algo meramente ligado al erotismo, la pornografía o, más en general, al deseo sexual. Hay algo del orden del conocimiento, del fin del misterio, que se impone de manera sensual y prepotente en la desnudez humana. Detrás parece no haber ya nada. Lo visible se vuelve aún más visible y esa presencia o desocultamiento implica un acercamiento a la verdad. En un mundo tan dado al engaño y las máscaras el detalle no es menor. Lástima que una vez resuelto el misterio descubrimos que hay un más allá del desnudo que lo trasciende y se vuelve, nuevamente, inalcanzable.  

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