lunes, 30 de enero de 2012

Un amor filosófico

Martin Heidegger, el filósofo alemán que en un momento clave de su vida adhirió al nazismo, se enamoró de Hannah Arendt, filósofa judía y perseguida por el nazismo. También ella estaba casada. Muy jóvenes iniciaron un vínculo que pasaría por distintas fases pero que iba a durar toda o casi toda la vida. Cuando el gran maestro puso sus ojos en la "chica verde", así la llamaban sus compañeros de estudio por el elegante vestido de ese color que solía usar, se ofrendó por completo a la pasión recién nacida. Posteriormente calificaría a su amor como "una firme entrega a un único". Lo que separa a los amantes del mundo común, dijo también Arendt, es el hecho de que ellos carecen de mundo. O de que el mundo entre los amantes está quemado. La pasión se mantuvo en secreto y, ya se sabe, ahí donde el amor no puede mostrarse, ahí donde hay sólo sombras y ningún testigo, la distinción entre realidad e imaginación se vuelve cada vez más borrosa. Fue un amor filosófico...Pero amor al fin.
L. 

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