El amor más interesante es, diría Fito Páez, el que nace o renace después del amor. Y así con todo. El sexo después del sexo, el trabajo después del trabajo, el viaje que empieza cuando termina el viaje, la clase que sigue a la clase. No voy a hablar de la vida después de la muerte porque de eso nadie sabe nada y el tema, además, aburre. Pero sí de la reescritura que sigue a la escritura, de la sensación de encanto o desencanto que nos deja una lectura, del vacío que queda en el cuerpo y el alma después de un beso o un abrazo. Lo mejor ocurre siempre después. Nunca antes.
L.
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