Muchos blogs amigos son abandonados por sus autores. No sé por qué será pero lo sospecho. Sostener un espacio como éste es casi una militancia. A veces escasean las visitas y ni qué decir de los comentarios. También nosotros pensamos a veces en suspender el viaje. Pero no lo hacemos por esa cosa entre suicida y vitalista que uno tiene. La tentación de abandonar un blog, una pareja, una carrera, un curso o un trabajo siempre está ahí. En terapia lo llaman pulsión de muerte. Y por ahí va la cosa. Soy favorable a la continuidad. No como quien se pone orejeras, a la manera de los caballos de tiro, y sigue adelante. Pero incluso esto último no sería despreciable. Seguir por el solo hecho de acabar una tarea iniciada. Así sólo fuera por eso. No abandonar. Persistir. Agotar la experiencia. Sé que esto suena a prosa de autoayuda. Pero es algo más que eso. El viejo lema de Gramsci lo resume mejor que yo. Pesimismo en la idea. Optimismo en la acción.
L.
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