miércoles, 29 de febrero de 2012


La culpa

La culpa de todo la tiene un hombre del paleolítico, no sé su nombre, que hace treinta y cinco mil años estampó la mano en un muro. No debió hacerlo. Debió hacer lo que hacían los hombres del paleolítico hace treinta y cinco mil años, es decir, comer un fruto ya mordido, salir de caza, elegir hembra, calentar el cuerpo junto al fuego. Por alguna razón aquel día no lo hizo. Supongo que todo ocurrió a las seis de la mañana. Aunque pudo haber sido a las siete. El hombre, cubierto apenas con una piel de oso, dejó de andar en cuatro patas y se irguió alto y pesado sobre sus pies. A continuación sumergió la mano en un cuenco de sangre y la apoyó, con los dedos húmedos y abiertos, en una pared de la caverna. No debió hacerlo. Por su culpa estamos como estamos. Por su culpa somos lo que somos. Y por su culpa, también, perdimos la inocencia para siempre.
L.  

Escribir

Se piensa a veces que para escribir hay que tener algo muy importante que contar. Esta idea lleva a otra según la cual para escribir hay que vivir experiencias extraordinarias, es decir, viajar a China, Francia o Noruega, escapar corriendo de un asesino, hacer el amor con tres personas a la vez, subir una montaña, bajar de una montaña, ser aplastado por una montaña. Ninguna de esas aventuras garantiza una buena escritura. Basta examinar brevemente qué libros nos gustaron y cotejarlos con la biografía de sus autores para descubrirlo. La escritura se resuelve en sí misma. Su arcilla son las palabras, los signos de puntuación, la musicalidad. Todo lo demás aporta poco y nada. Desde una habitación silenciosa y desamueblada puede alumbrarse el texto más hermoso. Para hacer una mesa sólo hay que saber cómo trabajar la madera, el papel de lija, el diseño, las sierras, los encastres, el encolado. Para escribir un poema, un cuento, una obra de teatro o una novela hay que limitarse a pegar el culo en la silla, como se dice, y trabajar hasta el fin con las palabras. 
L.

Viento y girasoles



Comparaciones odiosas

Quién ha pasado por el mar (el mar) ya no puede sumergirse en un pantano. Puede intentarlo, claro. Muchos lo hacen para experimentar cosas nuevas. Eso dicen. Quiero probar cosas nuevas. Después de todo los pantanos son cálidos y acogedores. Uno se hunde oscuramente en ellos como en el cuerpo amado. Los pantanos. Pero sucede que se ha pasado antes por el mar (el mar) y entonces nada puede hacerse. Y no se puede hacer nada porque uno ha visto olas de verdad, espuma cierta, gestos amorosos entre el agua y las gaviotas, horizontes demasiado perfectos. Lo de siempre es nuevo cada día. No por haber conocido el mar deberían despreciarse los pantanos. Eso dice la gente con sentido común y mirada amplia. Pero quien ha pasado por el mar (el mar) sólo aliviará su angustia en el mar.
L.

martes, 28 de febrero de 2012


Tan poco

Sabemos poco de la vida, del mundo, de lo que parece obvio, del sentido mismo de existir. Poco y muy poco y demasiado poco. Si algo impresiona es ver a la gente caminar por la calle con tanta naturalidad. O escuchar a hombres y mujeres como si supieran. Tanta seguridad fingida. Tanta ignorante sabiduría. Qué raro todo sin embargo. Todo tan extraño. La lluvia, el dolor, el sexo, la guerra, el viento, la muerte, el rocío en las mañanas. Hay un misterio tan grande que asusta. Y sin embargo nos comportamos como si tuviéramos respuestas o entreviéramos al menos un barco avanzando en la niebla. Para qué seguir engañándonos. No estamos en condiciones de responder a simples y tontas preguntas. ¿Me querrá ella mañana? ¿Seguiremos viéndonos aún el año próximo? ¿Se acabará el deseo entre nosotros? ¿Cuántos días más vamos a vivir?
L.

Ya te estoy recordando



Sentido común

¿Qué cosa es el sentido común? ¿Pensar como piensan todos? De ser así todavía creeríamos que la tierra es cuadrada, que está sostenida por elefantes o que el sol sale y se pone. ¿Entonces qué cosa es o sería el sentido común? ¿Razonar como lo hacen los periodistas en los diarios? ¿Llegar a la misma conclusión que tienen nuestros padres sobre la mayoría de las cuestiones? ¿Aceptar la indicación papal contraria al uso de anticonceptivos? En casi todos los países se tortura a los detenidos. ¿Eso es el sentido común? Las potencias del primer mundo están acabando con la naturaleza y la vida en el planeta. En ese afán invaden países y ponen en peligro, como es el caso de Estados Unidos, a su propio pueblo. ¿Sería eso el sentido común? ¿La obediencia resignada a la estupidez y la locura? ¿Renunciar a los proyectos propios para hacer feliz a tal o cual persona? ¿Remplazar la subversión amorosa por la ley? Cualquier sentido es mejor que ninguno. Pero ningún sentido es común.
L. 

La felicidad



Hay algo banal en la felicidad. Algo, digamos, infeliz. Se abusa tanto del término (con el amor pasa lo mismo) que uno empieza a sospechar. ¿Qué se está nombrando exactamente? Nadie lo sabe. Pero si la diosa felicidad es tan masivamente adorada debe ser por algo. Pienso en imágenes al azar. Una caminata a la orilla del mar. Una caminata de la mano con alguien que nos importa. Una larga caminata en pareja por una playa desierta y ventosa. Corta el cielo una gaviota. En la arena se ve la cáscara de lo que fue un cangrejo. El mar está agitado. Las olas se deshacen en la orilla hasta convertirse en globitos que estallan y desaparecen. Eso debe ser. O una fiesta. Una hermosa fiesta que dure hasta el amanecer. Una fiesta con tragos deliciosos y gente linda y dispuesta a pasarla bien. Eso debe ser. Sexo nocturno. Una interminable noche de sexo  y amor apasionado en un hotel por horas. Debe ser esto último. O el nacimiento de un niño. O una torta de cumpleaños. O viajar. Un hermoso viaje por las islas griegas, por París o Barcelona. ¿Será eso o parte de una lista todavía más amplia? Quizás se trate de algo menos estúpido. Leo un poema de Meredith. Nada que ver con el tema abordado hasta aquí. Pero no importa. Hasta que no agonice el fuego en el hogar/ no buscaremos la amistad de las estrellas.
L. 

lunes, 27 de febrero de 2012


Los cambios

No hay por qué andar cambiando de trabajo, de pareja, de país, de vocación. No hay por qué mudarse de casa todo el tiempo. Ni cambiar de auto, perro o nacionalidad. Suele compararse la estabilidad emocional con la chatura, la cobardía, la rutina. Pero no siempre es así. A veces el gran cambio es la constancia, la permanencia y la insistencia. A veces la revolución se torna evolución lenta, abierta, profunda. No hay por qué experimentar todo el tiempo con cosas nuevas. Los cambios se producen de todos modos sin necesidad de planes. Ni siquiera hay que ocuparse de la cuestión. Cambiamos, en todo caso, para ser fieles a nosotros mismos. Y justamente para ser fieles a nosotros no cambiamos y nos limitamos, sí, a continuar.
L.

Pensando en eso


domingo, 26 de febrero de 2012


Planeta

Visité recién el planeta Paula. No todos lo conocen así que dejaré un registro acá de algunos detalles básicos. El planeta Paula queda siempre lejos. Es, por ello, inalcanzable. Aún así se lo puede visitar los domingos a la tarde. No más de dos o tres horas. El planeta Paula está envuelto por nubes oscuras. Tiene agujeros (nueve), alrededor de diez caballos salvajes, un río seco que a veces inunda los campos cercanos, algunos pelitos, ninguna ropa interior o exterior, algunos canales profundos. El planeta Paula brilla a veces como un sol. Pero de pronto se oscurece y no dice nada. Me deja quedarme, como he dicho, alrededor de dos o tres horas. Después me pide que salga y le hago caso. Sé que no me conviene contradecir a los astros. A veces tengo la tentación de conocer nuevos planetas y estrellas y galaxias. Pero algo me retiene en el planeta Paula. Algo que no puedo explicar. Algo que se parece demasiado a la palabra nunca.
L. 

A galopar


Cambios

Cambiamos para ser fieles a nosotros mismos.

sábado, 25 de febrero de 2012


Perdedores

Heráclito murió envuelto en caca y devorado por los perros. Mozart fue enterrado a los 33 años en una fosa común. El artista Egon Schiele murió de gripe a los 28 años. Kafka sólo gozaba con las putas en los hediondos prostíbulos de Praga. No podía tener sexo con las mujeres que amaba. Murió tuberculoso a los 41 años. Jamás recibió premios literarios. El escritor italiano Cesare Pavese, el mejor de la posguerra europea, sufría de eyaculación precoz y se mató en un hotel de Turín. Fernando Pessoa salió segundo en el único concurso literario al que se presentó. Borges era ciego. Van Gogh no vendió un solo cuadro y se pegó un tiro en un campo lleno de cuervos. Carver, Hemingway y Cheever fueron alcohólicos incurables. Virgina Woolf se metió en un lago con piedras en los bolsillos. Alfonsina Storni no usó piedras pero se hundió en el mar. Perelman, el matemático más brillante de este siglo, rechazó un premio de un millón de dólares y vive humildemente con su madre en un monoambiente de San Petersburgo. Pobres. Todo son y fueron tóxicos, enfermitos, impotentes, anticuados, locos, torpes, inútiles, idiotas, perdedores.
L.

Para la libertad

Para ser libres hay que aprender a vivir sin amos, suspender sin plazo los altares, renunciar a los dioses, a los ideales, a las religiones de cualquier tipo, al consumo por el consumo, al sexo por el sexo, al amor para no estar solos. Para ser libres ser enteros. No arrodillarnos ante nadie...salvo que resulte un acto imperioso. Evitar las adicciones a lo que sea, es decir, a las redes sociales, a drogas, computadoras, cigarrillos, alcoholes, soles y parasoles. No se propone aquí una vida de abstinencia. No se propone esa pureza que es otra forma de esclavitud. Apenas una vida pensada para la libertad. Hay un único amo absoluto y es la muerte. Todo lo demás nos pertenece.
L.

La chica del sueño


viernes, 24 de febrero de 2012

Vida doble


Doble vida

La verdadera vida es secreta. La otra, la que hace falta para sobrevivir, es pública. Buen día señor, buen día señora, buen día doctor. Pero los días que valen son nuestros y no se comparten con nadie. O se comparten con pocas personas. A lo sumo una. A lo sumo dos. ¿A quién le digo que estoy triste? ¿Con quién alivio el deseo? ¿Por qué duele tanto la felicidad? Los otros días, los que hacen falta para sobrevivir, son carteles pegados en esquinas estratégicas de la ciudad. Cuando cae la noche y se acaban los gritos empieza a armarse un mundo dentro del mundo. La prohibida intimidad nos redime y se despliega detrás de las ventanas. Se oye apenas el mar. Se oye apenas el viento. Son instantes brevísimos donde hasta es posible respirar. Eso dura hasta la mañana siguiente, la de hoy, la que hace falta para sobrevivir. Y entonces claro. Y entonces cómo no. Buen día señor, buen día señora, buen día doctor.
L.  

Dance


jueves, 23 de febrero de 2012


Vida y palabras

La palabra rosa no tiene espinas ni tallo ni pétalos ni flor. La palabra agua no moja. La palabra fuego no quema. Nada dicen las palabras del objeto mencionado. Mesa se dice table en inglés y tisch en alemán. La luna es lua en portugués y moon para los ingleses. Duele la palabra amor y la palabra beso carece, misteriosamente, de labios y de lengua. Conclusión. El lenguaje no se mira en el espejo de la vida sino en su propia imagen. El lenguaje se lee en sí mismo al igual que Narciso en el río transparente. No es aconsejable, por eso, buscar equivalencias. Y quien lo hace se ahoga...como Narciso.
L.

Experiencias I



La banalidad de nuestra vida se confunde con la del mundo y la cultura que nos rodea. Leemos el diario para saber si aumentó el número de muertos y heridos aquí o en cualquier parte. Pasamos rápido de un tema a otro. Cerramos y abrimos los ojos pero nunca vemos nada detenidamente. Volvemos de las vacaciones cargados de fotos que poco significan. Los más entusiastas las cuelgan a todas en Facebook. Las lecturas, aún las mejores, son rápidamente olvidadas. Todo debe ser fácilmente sustituible. Saltamos de un cuerpo a otro de manera insensible y seca. Y así también pasa con los días, las noches, las fiestas, los entierros. Todo da más o menos igual. En casa ya no tenemos nada especial que contarnos a la noche. Encendemos la televisión. Alquilamos una película que nos salve. Somos al parecer incapaces de vivir y trasmitir experiencias personales. Quizás si hiciéramos algo con lo vivido podríamos recuperar la experiencia. Escribir. Pintar. Soñar. Hacer música. Algo.
L. 

Experiencias II

Hablábamos con Paula acerca del fin de la experiencia. La idea fue postulada inicialmente por Walter Benjamin y retomada luego por Agamben. Nadie vive ya experiencias. Eso dicen ambos. De eso hablábamos, aún en la cama, con Paula. A continuación nos preguntamos qué cosa es experiencia para cada uno. Paula recordó la primera vez que se acostó con un hombre. Eso fue en Valparaíso durante el verano de 2002. Yo le conté sobre mi gran viaje a Lima. Tenía 18 años. Comprendí entonces el verdadero tamaño del mundo. La conversación siguió de manera desordenada y absurda como siempre. La inicial menstruación de Paula, el amor inacabado, y no por eso incumplido, un viaje entre otros que fue mucho más que un viaje, los muertos de nuestra felicidad. La conclusión llegó naturalmente. Experiencia es lo que recordamos. Lo que se pierde en la memoria nada significa. No existe. Pronto se hizo tarde para los dos y lo que llamamos vida volvió a ser una pura interrupción.
L. 

miércoles, 22 de febrero de 2012

Trenes



No existe en la tierra un gusano tan bello como el tren. Cuando se aleja los árboles se juntan. Cuando se acerca los troncos se separan. Si la velocidad es alta los árboles y las casas parecen viajar en dirección contraria. Un fugaz reflejo de vagones se percibe en las miradas mientras las ruedas aplastan hormigas, sueños y monedas. También, de tanto en tanto, los suicidas de alma acuden a la magia ferroviaria. Alguna vez corrimos para acompañar a los niños y saludar el paso de los trenes. Girasoles y rieles en larga despedida. Maderas dormidas en la vieja estación. Hay, por fin, una campanada. Y un reloj que de pronto se detiene. En el coche comedor las horas no pasan. Y en el coche cama las parejas se desnudan a velocidad de crucero. Todo tan hermoso y ningún riesgo. Porque los trenes están o estaban rigurosamente vigilados. Pero no. Hay uno que cae de pronto al abismo y con él tantos pasajeros que soñaban, quizás, con el primer tren al que subieron en la infancia. O el primer beso en el vagón imaginario. O el momento en que nacieron, como locomotoras ardientes, para acabar un día como hoy totalmente destrozados.
L.

Monedas al aire


Existir es insistir

Por estos días Suspendelviaje cumple tres años de existencia, paciencia e insistencia. Es un aniversario que por supuesto nada significa. Nada más allá de los 3.700 textos, las fotos, los videos, los dos concursos literarios, los excesos, las provocaciones, la notable repetición de ideas en la misma aldea. Por momentos el blog parece un mosquito dando vueltas y más vueltas alrededor de un foco. Aprendimos algo. No es fácil sostener un espacio como éste. Todo conspira en contra. Aprendimos también que la ficción literaria vive un momento terminal. Resulta casi inútil ofrecer acá un relato cualquiera porque una gran mayoría de visitantes creerá de inmediato que nos estamos desnudando ante el querido público. Nos cansamos de aclarar que el jardín está lleno de instantes jamás vividos. Nos cansamos de aclarar que la ficción bien entendida encierra más verdad que la mejor nota periodística. Y que a lo sumo enhebramos palabras siguiendo el ritmo de una música invisible. Nos hubiera gustado recibir más comentarios a favor o en contra de lo que aquí se ve. Y nos hubiera gustado no tener que filtrar algunos dardos venenosos que, escudados en el anonimato, exhiben una mirada fundamentalmente pobre, tonta, empeñada en combatir no sabemos a quién. Fuera de eso, y de las dudas que a veces tenemos sobre si seguir el viaje o suspenderlo, continuamos aquí sin un motivo claro, sin para qué ni para quién. Nuestro lema es y será el de siempre. Donde se ponen los pies desaparecen los caminos.
L.

martes, 21 de febrero de 2012

Jardín de instantes I



Va a llover, ya está lloviendo, las gotas se destrozan con placer en el mosaico. Debo tener ocho años, a lo sumo diez. Descalzo, casi brutal, empiezo a pegar saltos de indígena australiano. Sólo me faltan los tatuajes en la espalda y los tambores que llaman a la guerra. La guerra es un ruido muy lejano. Derivo por el  patio hasta desembocar en el jardín. También la tortuga ha salido a corretear bajo la lluvia. Todavía el perro no tragó su cabeza. Todavía no murió mi padre. Y mi hermana (todavía) no se volvió loca. Adán y Eva no fueron expulsados. Mis hijos no nacieron. No conocí a esa mujer que luego olvidaría. No voy a llorar. Salto en alto, salto con los pies, triple salto mortal. Soy un maorí desacatado y sin moral. Me bajo el cierre del pantalón, orino contra el ligustro, aplasto con los pies unos cuantos caracoles, imito el gesto escurridizo de la iguana. Mamá, desde la puerta, agita sus brazos y me llama. Para que no me vea trepo al naranjo del fondo. Porque en el fondo todos somos buenos.
L.

Jardín de instantes II




Las espinas del tronco me lastiman. Sigo colgado en el vacío con las manos. Mientras subo siento en la cara el oscuro latigazo de las ramas. Estoy llegando cada vez más alto. Aquí no van a descubrirme. Pronto voy a volar como un globo en el cielo gris. Abajo, muy abajo, se vive de recuerdos alegres. Aquí arriba no llueve y nadie ha muerto. Aquí no hay violaciones ni perros ni disparos. Debo estar pisando el paraíso sin saberlo. Mi madre se ha cansado de gritar. Debe estar haciendo la revolución en algún lado. Un pájaro se ha posado en mi cabeza. Ahora es mi padre el que amenaza. Ya no hay nubes ni escaleras. Debo tener quince o veinte años. A lo sumo treinta. Mi hermana dio el último portazo y se fue. Una desconocida cuelga su ropa interior recién lavada. Después se sienta en un sillón de mimbre y lee con desgano. Puedo espiarla mientras se toca entre las piernas. Aparece un hombre y la besa profundo. Estoy mareado y solo. Mejor me duermo, mejor me callo, mejor me rindo. 
L.

Jardín de instantes III



La casa de los muertos fue vendida al menudeo. El padre ya no está en la foto. La madre no recuerda nada. Alguien le pide peras al olmo. Son deliciosas. La novia arroja el ramo a las estrellas. El jardinero ha enterrado su último plantín. La entrepierna de la dama todavía está mojada. La brisa ya es viento y el viento un temporal. Oscuramente vuelan por el cielo las hojas amarillas. La tortuga descansa en paz, los divinos hijos han nacido, Adán y Eva discuten por una cuenta sin pagar. Alguien enciende una fogata para apagar los ecos. Dan un poco de pena las cortinas, los libros consumiéndose de a poco, la mesa de roble convertida en súbita ceniza. Queda una marca de uñas en el tronco, una huella de zapato en el césped y un para siempre borroneado en un papel. Va a llover, ya está lloviendo, que el último apague la luz endemoniada. 
L.

lunes, 20 de febrero de 2012

La pasajera



Recortes

No sé por qué lo hago pero desde adolescente me dedico a recortar diarios y revistas. En mis tiempos de periodista lo hacía buscando ideas para vender notas a los medios. Ahora que  me alejé del oficio, no de su enseñanza, sigo recortando y recortando. Recién reduje una montaña de cien revistas a unos diez o quince artículos. Probablemente los tire mañana. Los temas son variados. Una nota cuenta la historia de un mar (Aral) recién desaparecido. Se secó por irresponsabilidad de quienes gobernaban la ex Unión Soviética. Otra nota habla de twitter como "una poderosísima red social". Según se afirma las revoluciones políticas y sociales se hacen modernamente por ahí. Le sigue una nota científica sobre la historia evolutiva del pene. Inicialmente, dice la autora, el miembro masculino tenía espinas. Su versión actual, aclara para tranquilizar a las lectoras, viene sin espinas. Hay también notas de autoayuda. Cómo combatir el aburrimiento, cómo combatir la soledad, cómo combatir el calor, etcétera. Después leo el detalle. Guardé un artículo sobre adictos al sexo (puede servirme para el blog), otra sobre Federico García Lorca y una más que no sé si me animaré a leer. Ahí se cuenta la historia del español Carlos Santos, un enfermo terminal que fue ayudado a morir por una asociación favorable a la eutanasia. Murió dormido el pasado 10 de noviembre y, quince minutos antes, fue entrevistado por el escritor Juan José Millás. Después recorté la foto de una linda modelo colombiana, semidesnuda y dándose una ducha. Al ser entrevistada dijo que el amor es lo principal. Fin de los recortes.
L.

Minería sin cielo

Ya sea por indiferencia, falta de información o complicidad, la minería a cielo abierto se está imponiendo en la Argentina y en casi todo el resto de América Latina y el mundo. No voy a abundar en argumentos porque quien quiera enterarse puede hacerlo. Ese tipo de minería ha sido prohibida en por lo menos diez países. Lo central no es el uso de cianuro u otros elementos contaminantes sino el uso y abuso de agua y energía, recursos escasos, la destrucción de los glaciares, del patrimonio cultural y natural de las comunidades y el envenenamiento progresivo de hombres, mujeres, niños, animales y plantas. Insisto. Quien quiera informarse para negar, discutir o confirmar estos dichos sólo debe limitarse a hacerlo. El tema ya fue investigado y aclarado suficientemente en muy abundante y rica bibliografía. Los estudios de campo fueron realizados por expertos insospechados de ser fundamentalistas de la ecología o de tener algún interés contrario al progreso. En 2007 un estudio de la Universidad de Jujuy reveló que el 81 por ciento de los niños de la localidad de Abra Pampa tienen plomo en la sangre como resultado de los residuos tóxicos dejados ahí por la fundidora Metal Huasi. Esa fue la bonita despedida de esa mina a cielo abierto. Y esa será la misma despedida organizada por los trescientos proyectos mineros puestos en marcha en el país. Solamente la lucha comunitaria, política y social, podrá evitar, como ya lo está intentado en muchos lugares, esta crónica de una muerte anunciada.
L. 

domingo, 19 de febrero de 2012


Lo visible y lo invisible

Hace escasos ochenta años fue descubierta en el espacio cósmico la materia oscura. Nadie sabe de qué está compuesta pero sí se sabe que su enorme poder de gravitación ayuda a mantener la cohesión de las galaxias, de los cúmulos estelares y los planetas.  Si no hubiese un masivo halo de materia oscura alrededor de nuestra Vía Láctea, por ejemplo, el sol hubiese salido disparado al cosmos hace millones de años, es decir, no existiría ni este blog. Dos temas para pensar en consecuencia. Primero. Ignoramos de qué se compone algo tan esencial como la materia oscura. Segundo. Lo invisible permite que exista lo visible. Esto último debería ser recordado en especial por los enemigos del inconsciente, del amor y la poesía.
L.

Buscar afuera

La felicidad, al parecer, está afuera. Lo dicen por la radio, lo dicen en los diarios, lo repiten los amigos de Facebook, las novias, los novios, las adúlteros y los coleópteros. Todos coinciden en ese punto. ¿Y afuera dónde? En lejanos países, conociendo gente nueva, comprando cosas ricas, devolviendo otras, mudándose de hogar, saltando de sexo en sexo y de saxo en saxo. La desgracia, en cambio, está adentro. Por eso ningún pensamiento, ningún sentimiento, ningún arraigo a nada y mucho menos concentración. La vida está en otra parte y habla en otro idioma. Los cultos suponen que está en los libros, en el cine o en el teatro. Los adictos a Internet buscan en las redes sociales, los enlaces, videos, noticias que llegan del exterior. Nunca se sabe. Quizás no vaya por ahí la cosa. O no solamente por ahí. Lo dicen los budistas, los antiguos griegos, los taoístas y los tarotistas. También los adictos al sexo. Estos últimos buscan metiéndose lo más posible. Y después de la íntima incursión, quién sabe, hasta puede nacer un lindo bebé. A veces, si bien la mismidad también abruma, hay que buscar adentro. Bien adentro.
L.

sábado, 18 de febrero de 2012

Se va la foto


Se va marzo


Se va febrero

Parece increíble pero febrero ya casi termina. Algo así dijo una compañera de trabajo el viernes pasado. Se va febrero dijo, como si de pronto hubiera tomado conciencia de algo. Y quien descubre eso está muy cerca de percibir que lo mismo ocurrirá con marzo, con abril, con noviembre, con el año y con la vida. El tiempo es veloz e implacable para todos. Y sin embargo vivimos como si las horas no pasaran, sin conciencia alguna del transcurrir, en un puro presente, como aturdidos. ¿Qué hacer entonces? Quizás la conciencia del tiempo debe darnos fuerza para entregarnos por completo a la experiencia de vivir. Hacerlo como si hoy mismo terminara febrero.
L.    

viernes, 17 de febrero de 2012

Me pregunto a veces para qué. Para qué esto, para qué aquello, para qué el blog, para qué el amor o el odio. O también. Para qué escribir un nuevo libro si el mundo está lleno de lindísimos libros. Extiendo la pregunta a mi analista. Su respuesta me deja mudo. Para qué. La pregunta del depresivo, del religioso, del utilitario, del esclavo. Para qué. La pregunta sin respuesta. Y si la hubiera sería tan mezquina como la duda inicial. Cambiemos de tema entonces.
L.


jueves, 16 de febrero de 2012


El blog de agota

Gota a gota este blog se agota. Lo que importaba decir ya fue dicho. Y lo que no importaba ni importa, ¿para qué decirlo? Leyendo blogs en la red la sensación de inutilidad se refuerza en nosotros. Las confesiones íntimas, que acá evitamos, suelen estar acompañadas de decenas de comentarios entusiastas. Sobrevuelan seducciones y fantasías de contactos. Suspendelviaje no va por ese lado y no irá. Nos acompaña siempre un grupo de fieles seguidores que, sabemos, siguen ahí. ¿Qué hacer entonces? ¿Convertir este espacio en un muro de frases solemnes como hacen tantos blogueros cultos, leídos e inspirados? ¿Reproducir textos de gente reconocida y segura? ¿Suspender el viaje al menos por un tiempo? No sería mala idea. 
La misión está cumplida y, gota a gota, este blog se agota.
L.

Tambores de la lluvia

La lluvia es una bendición. Mejor que eso. Una demostración de que no todo está perdido. Mejor que eso. Una prueba de que el cielo no está tan vacío. Al contrario. Está cargado y se alivia en silencio sobre todos nosotros. Mejor aún. La lluvia es una canción sin música ni letra. Hay tambores en la lluvia. Hay risa, hay llanto, hay, también, un erotismo de la lluvia. Algo así como las gotas que caen desde la ropa colgada. El agua, que es mujer, apaga el fuego y lo calma y humedece. Mejor que eso. Le devuelve la vida y la esperanza.
L. 

Fruta fresca


Revisionismo afectivo



Pasados los años descubro por fin los verdaderos motivos por los que Paula me dejó. No fue falta de amor o deseo como asegura la historia oficial. También Paula me lo dijo pero no fue eso lo que en realidad quiso decir. Hay una historia no oficial que debe saberse. Ella me amaba más que a nadie en el mundo. Justamente por eso me abandonó. Tenía miedo de pertenecer al grupo de las mujeres que aman demasiado. Eso fue. Nada que ver con lo que me dijo en el encuentro final que tuvimos en un café de Boedo. No hubo apatía y mucho menos desencanto. No. Tampoco un criticable desempeño sexual de mi parte. No fue eso en absoluto. Paula estaba molesta por lo de la mesa de luz. Ocurre que la cama de mi cuarto daba contra la pared y no me ocupé de darle a ella su lugar y comprar una mesita de noche como correspondía. Por eso me dejó. No tenía dónde apoyar sus libros ni cajones para sus bombachas y papeles. No tuve en cuenta el detalle y por eso pasó lo que pasó. Sé que Paula sigue enamorada de mí hasta el límite de la desesperación. Pero teme extraviarse por los caminos de la pasión. Cómo no comprenderla. Y encima lo de la mesa de luz, en fin, ahora entiendo todo.
L.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Lo primero es bañarse



Lo primero es bañarse, es decir, desnudarse y situarse bajo la ducha fría o caliente. Eso es lo primero. Es la apuesta inicial por la vida. Lo segundo es vestirse, ocultarse, negar la desnudez. Así estaremos preparados para afrontar con éxito el mundo de la máscara. Una vez puesta la ropa y la máscara lo tercero es trabajar y saludar a todos. ¿Todo bien? Todo bien. Buen fin de semana. Felices vacaciones. Feliz cumpleaños. Pero incluso la actuación, con toda su necesaria falsedad, es curativa. A esa altura ya no estamos tan limpios como a la mañana. Pero conservaremos algunos valores por dentro. Lo mínimo indispensable para evitar el derrumbe total y completo. El día va pasando pero ya estaremos mejor. Más ordenados. Los pies en la tierra. En el medio escribiremos una línea o dos, comeremos, llegaremos a alguna conclusión que luego negaremos de manera rotunda. Por último llega la noche. Lo primero a la noche es desnudarse, quitarse la máscara y empezar nuevamente a vivir.
L.

¿Diablo en el cuerpo?



Es conocida la visión de la mujer como un ser diabólico. Por algo las "brujas" medievales eran quemadas vivas y el imaginario colectivo conserva, increíblemente, esa mirada misógina y sesgada. Leo en un libro dedicado al estudio de la Grecia arcaica una especie de resumen general de esta visión amasada por el tiempo. La mujer era considerada como una diabla presa de sus instintos, emociones incontrolables y pasiones múltiples. La mujer ríe, llora, grita...No razona. En momentos de peligro lo único que hace es gritar y lamentarse. Charla indefinidamente, mira curiosa por la ventana, huye con pretextos, trama engaños diversos. No es de confianza. Es infiel, no cumple su palabra, es arrastrada por su apetencia de comida, vino y sexo. En la antigua Grecia se la veía más próxima a la naturaleza primordial que el hombre. Una y otra vez se la compara con animales como la yegua, la cerda, la perra. Se pensaba que las damas son peligrosas y que por eso había que controlarlas y encerrarlas en el Gineceo como ocurrió con las muchachas de Atenas. Hasta les quitaban las llaves...Pero ni eso alcanzó.
L.

Agua y fuego

Ante la virilidad del fuego la feminidad del agua es irremediable. Unidos generan todo lo demás. Tal vez la creación haya sido resultado de una cópula secreta entre ambos elementos. El agua, que es mujer, alivia el ardor masculino. El fuego es contenido por la catarata. En la Grecia antigua Dioniso era conocido como señor de todas las humedades. Agua y fuego se asocian con el tiempo y sobreviven escondidos en leyendas populares. Si bien las imágenes son débiles permiten adivinar la sexualidad oculta. La fuente nace de un rayo. Cabe preguntar si el tridente de Poseidón no es el rayo de tres puntas que alumbró un mar lleno de espuma. El fuego es hombre. El agua es mujer. Juntos dan lugar a la inestable armonía.
L.

Ni la miré


martes, 14 de febrero de 2012


Pequeña flor

La tentación de dejar todo y largarme, la debilidad de ceder a la debilidad y no hacer nada, no hacer más nada, no escribir una sola línea más, desaparecer. La seductora idea de viajar, conocer nuevos lugares, nueva gente, suponer que algo de todo eso va a salvarme, sí, eso que todos piensan secretamente, un día, una noche, hacer la valija o las maletas, poner dos o tres cosas y escapar hacia un mundo ilimitado. Esa cosa de esconderse de los otros, convertirme en voyeur, disfrutar con la vida de los otros, la muerte ajena, la mala suerte de los demás. Alcanzar el grado cero de existencia y gozar de manera anónima y casi masturbatoria. Huir del dolor. Abrazar el placer. Cerrar los ojos bien fuerte y esperar que suene la campanada número doce. El palacio. Esa divina tentación de no hacerse cargo de nada. Y la terrible luz del rayo, iluminándome, ahora, desnudo y encorvado frente a todo el mundo, por delante y por detrás, sin haber salvado del desastre ni siquiera a una pequeña flor del mundo.
L.

Lo mejor viene después

Hombres y mujeres en estado de enamoramiento sólo ven cualidades en el otro/a. Solamente belleza, misterio, encanto y sobreexcitación. En esa fase no se ven defectos sino virtudes y maravillas. El único miedo es salir algún día del ciego y bendito resplandor. Miedo a perder lo que se tiene o se supone que se tiene. La convivencia posterior suele enturbiar ese instante que es todos los instantes. Aparecen ángulos insospechados de la relación y un mar de sombras humedece los días. O directamente los seca. ¿Están obligados ese hombre y esa mujer a pagar el fuego inicial con una vida entera de sufrimientos, reproches y amargura? ¿Eso es lo que llaman amor para toda la vida? Las preguntas conducen a un nuevo interrogante. ¿Es el enamoramiento la fase principal de un vínculo amoroso? La respuesta es no. Lo más importante viene, sí, después.
L.

Nuestra canción


lunes, 13 de febrero de 2012

Día de los enamorados I


Día de los enamorados II

No pude averiguar por qué se festeja el día de los enamorados. Pero veo mucha excitación en las empresas del ramo. El entusiasmo es total. Desde los incómodos forros Tulipán hasta chocolates ricos, promos en los telos y cenas románticas con velas y show patético al final. Todo parece converger en una celebración orgiástica donde falta apenas el invitado principal. Es una lástima. Si se hiciera presente animaría un poco la fiesta. Los que alguna vez amaron o fueron amados saben que la divinidad es o suele ser esquiva. La muy puta elude a los cazadores y muestra apenas un bretel para desaparecer de inmediato, sigilosa, como las hadas y los gatos. Una amiga me escribe que le gustaría tener un novio al menos para no estar sola ese día. Le dije que el precio a pagar por la compañía suele ser alto. San Valentín es perverso y oculta lo principal. O quizás no sabe que el amor sopla donde quiere y cuando quiere. Incluso ahí.
L.

Las causas

La pregunta por la causa última no tiene respuesta. Habría que llegar a dios, al diablo o al big bang. Y mas lejos aún. La pregunta por las consecuencias tampoco tiene respuesta. Alcanza con abrir los ojos. La pregunta por el sentido carece de sentido. La vida es absurda. La pregunta por el amor no siempre conviene. ¿Para qué preguntar? ¿Para qué responder? Vivir apenas. Apenas vivir.
L.

En la rama


Alimentar la mente

Alimentar la mente. Así se titula un breve ensayo de Lewis Carroll, el autor de Alicia detrás del espejo, publicado por primera vez en castellano. El genial escritor y fotógrafo dice que así como alimentamos el cuerpo deberíamos alimentar la mente, sobre todo, leyendo. Pero, advierte, no debemos leer cualquier cosa. Hay que darle a la mente su propio alimento, especifica. También debemos asegurarnos de leer en la justa medida, o sea, evitar la glotonería mental. Nada peor que las mentes obesas, dice. Deberíamos, en la misma línea, evitar la dispersión. La comparación con la comida es perfecta. Si tomamos cerveza, vino, champaña, cocacola, licuado de banana y fernet, todo al mismo tiempo, estamos fritos. Lo otro es hacer intervalos entre lectura y lectura. ¿Para qué? En parte para descansar, y, lo que es todavía más importante, para pensar un poco en lo que leímos. Es posible, concluye el autor, que la mente "se niegue furiosa" a concretar este último ejercicio. ¿Pero quién quiere convertirse en víctima de una alimentación mental enfermiza?
L.

Sin novedad



Leyendo una comedia del Shakespeare joven, Trabajos de amor perdidos, descubro que la modernidad es antigua, o, también, que la antigüedad es lo más moderno que hay. La historia que se cuenta es banal. Cuatro jóvenes hacen un voto de castidad por un año para poder estudiar. Cuatro mujeres tratarán sin éxito de torcer esa decisión. Podría ser tema de una telenovela colombiana o mexicana. La obra, además, está llena de comentarios irónicos en doble sentido, una especie de erotismo pastoral, con una audacia que ni hoy se ve. Yendo mucho más atrás en el tiempo es fácil comprobar que no hay muchas novedades en el mundo físico y espiritual. La cerámica griega que ilustra este posteo, por ejemplo, fue compuesta varios centenares de años antes de Cristo. Sin novedad. Las tres heridas del mundo -vida, amor y muerte- permanecen intactas.
L.

Los ganadores

Los ganadores en Grecia son los ganadores del mundo. El resultado se traducirá en 150 mil despidos en el sector público, menos fondos para programas sociales, rebajas en los salarios, ausencia casi total de Estado. Quizás, en un mundo así, desmantelado por los ganadores, quizás convenga ser perdedor. Esta palabra no goza de prestigio. Se la asocia con el fracaso, la falta de proyectos, y, más en general, con la melancolía y el pesimismo. Cuando los que manejan los podridos poderes del mundo son los ganadores quizás convenga entrar directo a la ruta de los perdedores. No está tan mal después de todo. Los que perdimos la batalla estaremos ahí bien acompañados. Sin esperanza ni desesperación. Y sin dejar de caminar. Si de fracasar se trata conviene hacerlo bien. De la mejor manera posible.
L.

domingo, 12 de febrero de 2012

Grecia



Ahora, en este momento, el pueblo griego es duramente reprimido en las calles de Atenas por defender su dignidad. Grecia, cuna de la democracia, muestra a gobernantes y políticos arrodillados frente a los fiscales del Fondo Monetario, frente a los reyes del euro, ante los banqueros delincuentes pero elegantes. Están todos encerrados ahora, en este momento, en la casa de gobierno votando contra los griegos que ahora, en este momento, están siendo gaseados y golpeados por la policía. Dos mil quinientos años atrás, en esa misma región, un tal Heráclito de Éfeso jugaba a los dados con algunos niños. Un grupo de políticos efesios se acercó para burlarse del gran filósofo. El sabio contaatacó en su estilo. ¿De qué se asombran hombres perversos? -les dijo-.No es acaso mejor jugar con niños a los dados que dirigir el Estado como lo hacen ustedes? 
Esa voz resuena ahora. En este momento.
L.

Irse


sábado, 11 de febrero de 2012


Lo simple

Parece haber en todas partes una pasión generalizada por lo simple. Es más. Parecería que lo simple existe verdaderamente. En los sitios virtuales para buscar pareja, por ejemplo, hombres y mujeres se definen a sí mismos como simples, es decir, cualquier cosa menos retorcidos, complicados, raros, tóxicos, psicópatas, manipuladores y otros adjetivos de uso común. Casi todos aman la vida al aire libre, la felicidad en cualquiera de sus formas, los viajes, el amor, la música pegadiza y los asados a punto. No mucho más. Y eso es llevado luego a todos los terrenos de la existencia. Los libros deben ser también simples. Las conversaciones deben ser obvias. Los amores deben ser convencionales. Los mails y hasta las emociones no pueden contener ni un pelito de sombra. Todo debe ser pasado por el filtro de algo llamado sencillez. Qué lindo. Pero ninguna vida es simple. El día de hoy es raro, la noche es complicada, a veces ni dormir se puede. Y de cerca, para colmo, nadie es normal.
L.

Pessoa en blog

Como alguna gente sabe este blog tuvo y tiene un hijo, una especie de brote inesperado y dedicado al poeta portugués Fernando Pessoa y a su infinita asamblea de almas. Lo teníamos abandonado por razones incomprensibles pero a partir de hoy comenzará a ser actualizado con frecuencia. Los interesados deben ir a http://pessoa-s.blogspot.com/ y ver qué tal. Hay textos lindísimos, poemas, imágenes y algún video relacionado. Fernando Pessoa. El que dijo que todo vale la pena si el alma no es pequeña.
L. 

Orgasmo y ocaso



Spinetta fue un artista no sólo comprometido con la música sino también con su entorno social y político. Ambas cosas resultan fundamentales si se pretende ser algo más que un decorado o, peor, bufón del rey. El flaco sufrió la censura y la autocensura en varias ocasiones. Una vez, en plena dictadura, se vio obligado a cambiar en un tema la palabra orgasmo por la palabra ocaso. Pensándolo bien no está tan mal. Todo orgasmo deviene finalmente en un ocaso. Cuando el diario Clarín despidió a doscientos trabajadores, un fotógrafo amigo de Spinetta entre ellos, el músico hizo saber que no daría una sola nota más a ese medio si antes no eran reincorporados los despedidos por el diario. No estuvo solo en esa actitud. Charly García, León Gieco, Fito Páez y muchos otros músicos no fueron indiferentes al atropello contra la comunidad y las riquezas naturales. Los socios del desierto lucharon y cantaron para que, justamente, en las arenas quemadas por el sol florezcan, sí, mil flores.
L.  

Suben



Libros y mujeres

La relación que uno tiene con los libros amados se parece a la que se tiene con algunas mujeres. Un libro amado, por ejemplo Rayuela, se lee siempre por primera vez. Jamás podemos decir cosas como "ya lo leí". No hay próximo ni anterior. Ese libro es siempre único. Nunca un hermoso relato, por ejemplo, El otro cielo, ha sido leído por completo y definitivamente. Queda siempre algo escondido, dar vuelta una página, descubrirla, releerla, volver a sentir cómo las palabras lentas nos invaden. O cómo se depositan en el fondo para ser removidas cada tanto por un oleaje remoto. Algo parecido ocurre con las mujeres amadas. Nunca se alcanzan del todo, jamás puede decirse de ellas algo como "ya la conozco". Y eso es así aún habiendo accedido a sus rincones más secretos. Libros y mujeres son inalcanzables. Abrir las puertas no devela el misterio. Al contrario. Se multiplica infinitamente. La última página está en blanco. Tendrá que ser escrita algún día por nosotros mismos. Y aún así.
L.