Visité recién el planeta Paula. No todos lo conocen así que dejaré un registro acá de algunos detalles básicos. El planeta Paula queda siempre lejos. Es, por ello, inalcanzable. Aún así se lo puede visitar los domingos a la tarde. No más de dos o tres horas. El planeta Paula está envuelto por nubes oscuras. Tiene agujeros (nueve), alrededor de diez caballos salvajes, un río seco que a veces inunda los campos cercanos, algunos pelitos, ninguna ropa interior o exterior, algunos canales profundos. El planeta Paula brilla a veces como un sol. Pero de pronto se oscurece y no dice nada. Me deja quedarme, como he dicho, alrededor de dos o tres horas. Después me pide que salga y le hago caso. Sé que no me conviene contradecir a los astros. A veces tengo la tentación de conocer nuevos planetas y estrellas y galaxias. Pero algo me retiene en el planeta Paula. Algo que no puedo explicar. Algo que se parece demasiado a la palabra nunca.
L.
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