jueves, 5 de julio de 2012

La mentira artística



Si un texto literario suena a literario es malo. Quien ha leído un poco sabe a qué me refiero. Uso de palabras raras y altisonantes, pretensión lírica, disimulado plagio de autores fácilmente reconocibles, ostentación de estilo. El criterio puede aplicarse a otros campos de la existencia. Si un discurso amoroso suena amoroso, es decir, romántico, es decir, barroco y sobrecargado (nunca conocí a alguien como vos, te quiero vida mía, tus ojos son dos luceros, etcétera) conviene desconfiar mucho de quien lo pronuncia. En tales casos las promesas serán directamente proporcionales a las traiciones. Algo similar ocurre cuando un poema suena a poesía, cuando un político llora frente a la bandera o cuando un amigo asegura que estará a nuestro lado siempre que lo necesitemos. Frente a ese aluvión de mentiras gestadas en el llamado mundo real prefiero mil veces la mentira artística. Esa sí que no miente.
L.

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