martes, 29 de enero de 2013

Artistas fracasados


Cuando doy talleres de escritura o clases de periodismo surge de pronto el nombre de algunos artistas y escritores y se me da por contar la vida de algunos de ellos. Hablo por ejemplo de Borges y digo que, entre otras cosas, no tuvo o no se le conoció vida sexual. Pobre, dice alguien. Pobre hombre repiten otros. Menciono después a Fernando Pessoa, el mayor poeta del siglo XX, y cuento que tuvo una única novia. Y digo que era bebedor. Y deslizo el dato de que en el único concurso literario al que se presentó salió segundo. Pobre, dice alguien. Pobre infeliz, repiten otros. Suele pasar lo mismo cuando hablo de Egon Schiele, mi pintor y dibujante preferido. Murió muy joven de gripe española. Fue acusado de pornógrafo. Se enamoró de su hermana. Lo metieron preso. Pobre, dice alguien. Un loco, un desgraciado, un maldito fracasado. En tales casos no sé qué decir. Podría seguir, claro. Recordar que Hemingway y Van Gogh se suicidaron al igual que Pavese y Pizarnik. El auditorio acabaría pensando que también yo soy un pobre tipo que se la pasa leyendo a escritores depresivos como, no sé, Juan Carlos Onetti. Daría la impresión de que todos los demás son felices. Y que los artistas, pobres, no supieron disfrutar de la vida como nosotros. No tenían cuenta en Facebook. No salían de shopping.  Vivían desconectados y atrasados en todo. Pobres, sí. Pobres fracasados los artistas.
L. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario