viernes, 25 de enero de 2013
Urgencias
¿Por qué beber tanto? ¿Por qué comer tanto? ¿Por qué hablar tanto? Hoy no tengo a quien hacerle estas preguntas. Deberíamos admitir que nuestra vida es muy estúpida. Muy vacía también. Entonces la llenamos con bebidas, comidas, palabras, decibeles y claveles. Pero por qué. Es tan urgente enamorarse, alimentarse también de esperanzas, beber a grandes tragos los jugos del cielo que mojan y remojan la ciudad violenta. ¿Pero por qué tanto y tan poco? Por favor ayúdenme a salir, dijo el hombre. Si sigo aquí voy a ahogarme.
L.
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