miércoles, 9 de enero de 2013
Gente ocupada
La mayoría de la gente que me rodea da ocupado. Llamo y llamo pero es inútil. Todos o casi todos están metidos hasta los pelos en tareas de primerísima importancia. La consigna de guerra es no perder el tiempo en lluvias, pájaros, besos lentos o fugaces, lecturas, perros, lunas, pensamientos. Y cumplen con eso a rajatabla. Por eso no responden el teléfono. Tampoco los mails o los simples pedidos de ayuda que llegan desde la esquina. Ni siquiera dejan pasar a las ambulancias en la desesperación de llegar primeros. ¿Llegar primero adónde? ¿Para recibir qué premio al final de la carrera? ¿En nombre de qué mañana fabuloso sacrifican tan pero tan ocupados el día de hoy? Si acaso pensaran que este día es la única riqueza alcanzable lo pensarían un poco. Pero dan ocupado. Van a reuniones con gente VIP. No están, como se dice, para nadie nada nunca. Y, claro, así les va.
L.
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