jueves, 24 de enero de 2013

Promesa


Descubro entre mis papeles una hoja de computadora donde se lee, con letras dibujadas a mano, una frase potente. Yo te amo por siempre jamás. Eso dice. Seis palabras rodeadas de dibujos de peces y un gato, imaginado de espaldas, que bien podría ser el mío. Yo te amo por siempre jamás. ¿Quién lo habrá escrito y cuándo? ¿Y a quién se dirige semejante declaración? La letra es irreconocible pero los peces y el gato responden claramente a los únicos animales de mi casa...sin contar al dueño. Yo te amo por siempre jamás. Pienso en lo que pensaría si lo que leo estuviera dirigido a mí. Tendería a no aceptar la profecía. Nadie puede amar sin límites. Nadie. Y es más. Si la promesa es tan grande la sospecha está a su altura. Ante el inevitable pesimismo, aún así, hay una incandescencia evidente y perturbadora. Lo que dice la frase conmueve y enamora. Ojalá sea cierto. Ojalá que la promesa sea eterna, sí, mientras dure.
L.

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