martes, 8 de enero de 2013

Moneditas


Hay gente que no se entrega ni física ni espiritualmente. No se entrega en ninguno de los sentidos imaginables. Como esas mujeres que guardan monedas en un bolsillo secreto de la cartera o el pantalón. Como esos hombres que hacen sumas y restas, especulan, se aprovechan, ahorran pasiones a cambio del oro amasado en poluciones nocturnas. Hombres y mujeres dados a la mezquindad en todas y cada una de sus formas. Gente que esconde billetes para gastarlos algún día. O que se reserva para una fiesta negra o blanca que jamás se produce. Hay goce en ese acto. Se lo disfruta casi tanto como un orgasmo. Pero el tiempo pasa sin ser percibido por esos pobres inocentes. Y la noche del tiempo los encuentra solos, aplastados, ya dormidos sobre el tesoro inútilmente acumulado.
L.

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