Para Heráclito El Oscuro y para Heidegger, 2.500 años después, la verdad era/es casi un sinónimo de desocultamiento. Desocultar para ellos no equivalía solamente a quitar los velos o directamente a desnudar, lo cual en determinadas situaciones puede ser excitante. Era en rigor mostrar al sol la esencia de las cosas y no tanto su apariencia engañosa. Pero Heráclito, sin ocultar su escepticismo, dijo que esa operación no era fácil de concretar. La naturaleza ama ocultarse, explicó en uno de sus fragmentos de lucidez extrema.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario