jueves, 12 de mayo de 2011
¿Alguien se estará ocupando?
Estaba soñando, recién, con un bebé. Fue así. Yo vivía en otro continente que podría ser Europa. Era el día de la primavera y toda la gente se dedicaba a limpiar sus casas, la calle y aún casas ajenas como la que yo habitaba. La situación naturalmente era extraña como suelen ser las situaciones en los sueños. Yo la aceptaba resignado. Hasta permití que una vecina entrarara en mi cuarto, tomara medidas de los muebles y empezara a cascar la pared con un martillo. En la escena siguiente apareció un bebé. Lo estaba cuidando un hombre delgado y osco que de pronto desapareció. Sentí que debía ocuparme del recién nacido y así lo hice. La gente a mi alrededor me daba consejos relacionados con el bebé. Debía cambiarle los pañales, debía limpiarle la boca, debía alimentarlo. Yo les decía a todos que me dejaran tranquilo, que aún no era tiempo para esas tareas, que el responsable del niño era yo. En eso sonó el teléfono. No en el sueño sino en mi cuarto. El llamado me arrancó para siempre del país de niebla donde había un bebé que necesitaba mis cuidados. Me pregunto ahora dónde habrá quedado, si alguien allá se estará ocupando, si le hablarán, si lo cambiarán, si lo alimentarán. No sé cómo regresar a la primavera europea. ¿Alguien se estará haciendo cargo, ahí o donde sea, del bebé abandonado?
L.
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