viernes, 20 de mayo de 2011

Semilla


Todo el mundo quiere llenarnos de ideas y cosas. Desde nuestros padres hasta los diarios. Desde los profesores hasta la televisión. Frases hechas, enseñanzas baratas, muebles pesados, indicaciones de autoayuda, consejos sobre cómo debemos actuar, criterios morales y sexuales, actitud política y científica, libros importantes. Pero la educación bien entendida consiste justamente en lo contrario. Vaciarnos de trastos inútiles. Recuperar la capacidad de asombro. Ver el mundo siempre por primera vez. La tarea consiste en levantar un roble, decía Capote, para luego reducirlo a la semilla.
L.  

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