sábado, 14 de mayo de 2011

Elogio del egoísmo


Una persona auténticamente egoísta debería trabajar para cambiar la situación del mundo. Debería tratar de que haya menos injusticias en el planeta, menos ruido, menos contaminación, menos explotación del hombre por el hombre, menos hambre, más salud y educación. Porque si esa persona es muy pero muy egoísta, es decir, si se preocupa solamente por ella, debe saber mejor que nadie que resulta imposible ser feliz en un mundo gobernado por la infelicidad. Bien mirado, en conclusión, el egoísmo es revolucionario.
L.

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