martes, 10 de mayo de 2011

¿Otro mundo es posible?


Otro mundo es posible. Es el lema de los foros antiglobalización y de buena parte del llamado campo progresista, ecologista y solidario. La idea es esperanzadora. El desastre actual, la brutalidad de unos contra otros, las torturas, los crímenes masivos, el injusto reparto de las riquezas, todo eso acabará algún día. Hace años mi madre decía algo parecido. La verdad triunfará, aseguraba. No lo veré yo pero sí ustedes, mis hijos, o acaso mis nietos. Eso decía mi madre. No pienso como ella hoy. Creo que la verdad, si es que existe algo así llamado, no triunfará. Mucho menos la justicia social o los derechos humanos. El bien fracasará porque el mal es parte constitutiva del alma humana, es decir, no porque haya malos en el mundo sino por algo más profundo, perverso y duradero. ¿Significa eso renunciar a luchar por el triunfo de la verdad y la justicia en todas sus formas? De ninguna manera. Al contrario. Se puede ser pesimista en la idea pero no pero eso abandonar la lucha para cambiar la vida. ¿Otro mundo es posible? No lo creo. Pero la lucha por mejorarlo al menos menos un poco debe continuar hasta el fin.
L.   

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