¿Se podrá vivir sin amos, sin jefes, sin autoridades de prestigio? Quiero decir, una vida autónoma, regida apenas por la ley del deseo, una vida sin órdenes ni gritos, libre, abierta, inesperada. ¿Podrá vivirse una vida que suene como una música tranquila y suave y llena de encantador encanto? Algo tan simple como eso, ¿se podrá?
L.
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