domingo, 15 de enero de 2012

Blog instantáneo

Alguna gente se asombra por la cantidad de posteos que escribo por día. Yo mismo me impresiono. Estoy trabajando en otra cosa pero Suspende es magnético. Funciona como si una mujer desnuda me llamara desde una cama con imperiosa urgencia. Algo pasa por mi mente. Algo que no entiendo bien. Y este lugar me ayuda a aclarar al menos un poco. Hace más de cien años, antes de que se inventaran los blogs, tipos como Baudelaire o Nietzsche habían intuido la hermosa libertad de escribir al instante. Algo parecido ocurrió con Thomas Mann. No pretendo compararme, obviamente, con ninguno de esos monstruos. Pero este ejercicio del repentismo, la escritura instantánea, es casi una enfermedad. Se está fundando ahora una escritura de la rapidez y lo fragmentario. ¿En qué dará todo ésto? Imposible saberlo. Hoy es sábado. Yo debería estar viendo películas al aire libre en el Rosedal. O escribiendo el nuevo libro que empecé o, no sé, sacando pasajes para Punta Rubia en Uruguay. Pero sigo acá, encerrado con un hombre del paleolítico, dejando correr mis dedos en el teclado así como esos seres de hace 30 mil años dibujaban mamuts o caballos o ciervos salvajes en la cueva de los sueños olvidados. Ni siquiera sé de qué hablo en este texto. Pero no importa. ¿Va foto esta vez? No va foto. Hay demasiadas y todas pornográficas.
L.

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